Una ronda de conversaciones entre el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional se realizaba en Caracas con la intención de avanzar en las negociaciones de paz, en un momento en que el grupo guerrillero acusa a las autoridades de realizar diálogos alternos e intentar desmovilizarlo.
La cita se instaló el sábado y continuaba el domingo en la capital venezolana, confirmó a The Associated Press el área de comunicación de la delegación del ELN, sin proporcionar más detalles. Se prevé que este acercamiento dure diez días.
A una consulta de la AP, la delegación gubernamental respondió que los temas abordados en la reunión “son confidenciales”.
El ELN había informado el jueves en un comunicado que la persistencia del gobierno “en adelantar una operación de desmovilización en Nariño” contra ese grupo ha llevado a la mesa de negociaciones a un “estado de congelamiento”. En la cita en Caracas se busca aclarar la situación, agregó, pero precisó que el séptimo ciclo de diálogos correspondiente a abril está suspendido.
Sin embargo, la delegación gubernamental señaló en respuesta que es “imperativo concentrar los trabajos de la Mesa de Diálogos en avanzar en el proceso de paz, tomar decisiones que desarrollen la agenda y abordar temas de fondo del proceso”, como atender la “grave situación” de las víctimas del conflicto.
La tensión surgió tras la activación en marzo de un diálogo regional en Nariño, propiciado por autoridades locales, y que contó con el aval del gobierno y con la participación de una sección del ELN denominada “Comuneros del Sur”.
Entonces, el líder de esa guerrilla, Antonio García, calificó la acción como un intento del gobierno por “presentar un ELN dividido”, a lo que la delegación gubernamental respondió solicitando respeto.
El ELN insiste en se trata de una “operación de desmovilización en Nariño”, un departamento del sur colombiano, fronterizo con Ecuador, en el que confluyen varios grupos armados vinculados con el narcotráfico y otros delitos, según las autoridades.
Pese a la tensión entre las partes se mantiene el cese al fuego bilateral, el cual se renovó desde febrero por un lapso de seis meses.
El gobierno del presidente Gustavo Petro impulsa una política de “paz total” a través de la instauración de mesas de diálogo con diversos grupos armados ilegales, algo que sectores de oposición cuestionan, acusándolo de querer instaurar “la impunidad”.
En ese intento, el gobierno entabló conversaciones también con las disidencias del Estado Mayor Central (EMC) de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), diálogo que entró en crisis tras un ataque en el que falleció una líder indígena. El hecho provocó la suspensión del cese al fuego en el Cauca, Nariño y Valle del Cauca.
El domingo, el líder del EMC, alias “Iván Mordisco”, apareció en un video en la cuenta de la agrupación armada en la red social X, en el que señaló haber recibido una carta de los indígenas del Valle del Cauca, “exigiendo se restablezca el cese al fuego entre nuestra organización y el gobierno nacional”. El cabecilla dijo que la organización está dispuesta a la resolución de las diferencias.
Los ataques de esas disidencias no han cesado y, según el Ministerio de Defensa, hasta los primeros días de abril se habían registrado más de 18 episodios.
Fuente: AP