“La grave crisis que atraviesan las economías europeas, debido a lo que un analista de origen chileno, Mauricio Rojas, actual diputado por los verdes en Suecia, llamaba el populismo europeo. Las naciones europeas se han arropado mucho más arriba de lo que les permitía su cobija, razón por la cual hoy sufren un profundo descalabro en su universo financiero y fiscal. De manera que la medida tomada por Angela Merkel, que de alguna manera reproduce y refleja la angustia de los alemanes, que con su parsimonia, su ahorro, su austeridad, se ajustan siempre, pero terminan pagando en una Europa unida los platos rotos de los países irresponsables como el caso griego, el caso español”.
“Ahí yo me referiría al caso español de Zapatero, algo hay de zapaterazo en el triunfo de ayer del señor Hollande. El señor Hollande jamás hubiera llegado a la presidencia de la república si no se le hubiera cruzado al señor Strauss Kahn una camarera afro descendiente en Nueva York que lo tentó con el demonio y lo llevó a perder la opción real de triunfo que tenía y que era indiscutible”.
“Digamos que ayer en lugar de triunfar Hollande, a quien llaman el hombre goma por la ductilidad con que se acomoda con un muy clásico oportunismo a las circunstancias, impidió que apareciera la verdadera figura, pero eso no es tan importante. Lo importante es que ante esta crisis en la que lo correcto hubiera sido la relección de Sarkozy, Sarkozy paga los platos rotos de la corrección, en cambio la sociedad francesa comete el grave error de aportar a la utopía del populismo, elegir a un señor que no tiene experiencia de gobierno cuyas ejecutorias como político en el interior de su partido son más bien las de un operador gris y oscuro y que sin duda tendrá enormes dificultades para poder agarrar las riendas de la economía, de la crítica economía francesa”.
“Lo sorprendente es que mientras Francia se lanza al abismo de la izquierda, un abismo que puede costarle muy caro, Grecia sigue la misma vía pero por el otro extremo, se lanza al abismo de la extrema derecha, lo cual, aunque bien dicen que mal de muchos, consuelo de tontos, nos lleva a pensar a nosotros que a pesar de los pesares, errores como los que ha cometido la sociedad venezolana, también suelen cometerlas ciudades de alta cultura y desarrollo como la francesa”.