MIAMI.- JOSÉ PERNALETE/ DLA
jpernalete@diariolasamericas.com
@jpernalete
Miami Gardens resultó sorprendida por un lamentable hecho el pasado domingo cuando el llamado de emergencia a la policía de esa Ciudad, terminó en una tragedia.
La señora Catherine Daniels pidió la asistencia de los oficiales para controlar el comportamiento descontrolado de su hijo, Lavall Hall, quien resultó abatido después de varios disparos propinados los uniformados, según relatan los familiares.
Esta situación destapa nuevamente muchas interrogantes sobre cuestionamientos por el uso desproporcionado de la fuerza, cuando los agentes del orden deben optar por los disparos en momentos que consideran una situación de riesgo para los oficiales o la comunidad, por parte de personas que padecen de trastornos mentales.
Sin embargo, para algunas organizaciones especializadas, el problema va más allá de la actuación policial y revela un problema grave de fondo que ha perdurado en la sociedad norteamericana “por décadas”.
La organización Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés), ha contabilizado en el condado Miami-Dade, 100.000 residentes diagnosticados con problemas de trastornos mentales, de los cuales, sólo 30.000 reciben ayuda proveniente de fondos federales y estatales.
Esta situación ubica a Florida en el estado número 50 de Estados Unidos, en cuanto a la atención de personas con padecimientos psicológicos y psiquiátricos.
Esta fundación registra los casos contemplados en la base de datos de la South Florida Behavioral Health Network.
Denisse Berriz, vice presidenta de NAMI Miami, conversó con DIARIO LAS AMÉRICAS, y reveló que anualmente Florida destina sólo 39 dólares a cada paciente registrado, mientras que el promedio en otros territorios es de 130 dólares.
“Todo esto es resultado de un sistema fragmentado que ya no funciona y de no haya recursos en Florida”, denunció.
La activista explicó que en el caso de Hall, la apreciación clínica indica que este paciente “debería haber estado hospitalizado y recibiendo tratamiento por largo tiempo”.
“La realidad es que hasta que estas personas no estén sanas, no deberían regresar a sus casas con sus familias […] No obstante, les dan de alta de los hospitales ante de tiempo porque no hay recursos como camas suficientes y encima de eso no hay un seguimiento de profesionales”, explicó.
Declaró que en otros estados de Norteamérica “el sistema sí funciona y estos problemas no se presentan de esta manera […] en Florida no hay recursos”.
Comparando otros tipos de enfermedades, Berriz describió que “si te da un dolor en el pecho, en el hospital te hacen muchas pruebas y análisis. Hasta que no estén seguros que estás fuera de peligro no te mandan a tu casa […] Pero, eso no ocurre con los enfermos de trastornos mentales”.
“Cuando llegan a sus casas sus familias no saben cómo controlarlos y terminan en estos incidentes”, lamentó.
Problema educativo
Para la experta, es notorio que se trata de “un problema que surge por falta de educación sobre el tema a nivel local”.
“Siempre que hay recortes de fondos federales o estatales lo hacen en esta población y afecta a todos […] es un problema arraigado por décadas”, apuntó.
Algunas experiencias lamentables con saldos “no tan trágicos” llevan al paciente luego de su detención hacia recintos carcelarios, “esto sin duda empeora su condición”.
“Al final se gasta más dinero al llevar a los enfermos mentales tras las rejas porque es más barato atender a un paciente con crisis en un hospital que mantenerlo en la cárcel”, describió la vice presidenta de la fundación en Miami.
Sobre el caso de Miami Gardens, Berriz declaró que “hay gente que no llega ni a la cárcel, él (Lavall Hall) tenía que estar hospitalizado y recibiendo tratamiento.
La situación empeora en las familias que no pueden sustentar un seguro médico, “no alcanzan ni a llegar al hospital y si lo hacen, es durante una crisis porque no cuentan con tratamiento continuo”.
Según los expertos, el destino común de estos pacientes sin atención es “convertirse en una persona sin hogar o en un recluso”.
Apoyo policial
El Departamento de Policía del Condado de Miami-Dade cuenta con un grupo especial denominado Equipo de Intervención de Crisis. Son expertos entrenados para asistir en situaciones que requieran a oficiales preparados para manejar a personas que registren problemas mentales, al cual se puede contactar las 24 horas a través de los teléfonos 305 774 3616 y 305 774 3617.
Entre los trastornos más comunes que deben enfrentar estos profesionales se encuentran esquizofrenia, retraso mental, depresión, desorden de personalidad, autismo y estrés postraumático, entre otros.
A juicio de Denisse Berriz, la policía siempre coopera con este tipo de organizaciones pues los oficiales deben frecuentar escenarios en los que requieran especialistas.
“Creo que las familias afectadas por la falta de recursos para atender a estos pacientes deben aliarse y exigir que los políticos destinen más fondos para el tratamiento”, sugirió.
También recomendó que los departamentos de policías que funcionan en Miami-Dade deban actualizar los protocolos de operaciones para este tipo de emergencias. El Condado registra más de 30 organismos de seguridad policiales.
“Lamentablemente, la falta de recursos está criminalizando a los enfermos mentales en Florida”, agregó.