La familia del joven negro Corey Jones, de 31 años, quien murió en circunstancias aún no aclaradas tiroteado por un policía en una carretera de Palm Beach (Florida), expresó esu dolor y pidió a las autoridades «respuestas» y «saber qué pasó».
En una rueda de prensa cargada de aflicción, el padre, el hermano mayor y la hermana de Jones, además del abogado de la familia, Benjamin Crump, expresaron su profundo dolor por la pérdida del joven y pidieron a las autoridades «respuestas» a todas sus preguntas y «saber lo que pasó».
El padre de Jones, Clinton Jones Sr., pastor de una iglesia cristiana, se dirigió muy afectado a los medios y la comunidad para explicar que «necesita saber y tener respuestas de por qué su hijo se ha ido».
«Este es un momento muy difícil para mí como padre que pierde un hijo. Tengo que enterrar a un hijo», lamentó, y agregó que crió a Corey para que «fuera respetuoso con las personas y con la ley y también humilde».
Previamente, el letrado de la familia destacó que «nadie entiende cómo pudo pasar esto a Corey Jones, un ser humano, hermano, hijo y amigo increíble, baterista de una banda de música que enseñaba gratis a los niños».
El abogado Crump resaltó que Nouman Raja, el policía vestido de paisano que disparó a Jones en una carretera interestatal, descargó seis tiros, tres de los cuales alcanzaron al afroamericano.
«Hay muchas preguntas no respondidas sobre lo que pasó», afirmó el letrado.
Los hechos se produjeron en la madrugada del domingo, cuando el baterista Corey Jones regresaba a su casa tras una actuación de su banda de música la noche del sábado y, por una avería del coche, tuvo que echarse al arcén de la carretera interestatal 95 y llamar a una grúa.
Fue a la espera de la grúa cuando se produjo el fatal incidente.
Según el informe policial, el oficial Nouman Raja, que se encontraba de guardia y vestido de civil con un coche camuflado, se detuvo a investigar.
Al salir del vehículo, el oficial «fue repentinamente confrontado por un sujeto armado», según la versión del jefe local de la policía, Stephen Stepp.
«Como resultado de la confrontación, el oficial disparó su arma de fuego, lo que resultó en la muerte del señor Corey Jones», concluye el informe policial, según el cual en la zona del incidente se encontró una pistola que fue adquirida por Jones tres días antes del incidente (y quien tenía licencia de armas).
Melissa Jones, hermana del fallecido, elogió a Corey como persona, «siempre sonriente y servicial», y músico: «Todo lo que quería hacer era tocar la batería, para lo que tenía un don desde pequeño».
En cuanto a la pistola que se encontró en el lugar de los hechos, tanto el abogado como la hermana aseguraron que éste la llevaba «para su protección» y que nunca disparó.
El hermano mayor de Corey Jones defendió en la conferencia realizada en West Palm Beach que «todas las vidas importan»: «Mi mujer es blanca y todas las vidas importan. Tengo amigos asiáticos» y de otras razas, dijo.
Visiblemente emocionado habló de su «único hermano, el más amable y cercano que uno puede imaginar». «Es un momento muy duro» y «necesitamos respuestas y las tendremos junto a la comunidad y la gente que siente nuestra pena y dolor», expresó.
«Necesito su apoyo y respaldo, que nos ayuden. Necesitamos respuestas», apostilló.
Tras la rueda de prensa, un millar de personas se concentraron de forma pacífica en Palm Beach Gardens para mostrar su apoyo a Jones y reclamar una investigación independiente detallada del suceso en el que el joven resultó muerto.
Con gritos de «queremos justicia», los manifestantes expresaron su indignación y reclamaron que la policía no participe en la investigación de la muerte.
La familia del joven ha contratado como abogado a Benjamin Crump, quien en su momento representó a los familiares de Trayvon Martin y Michael Brown, fallecidos también en incidentes que causaron una fuerte polémica racial en Estados Unidos.
Por su parte, la oficina de la Fiscalía del condado de Palm Beach planea llevar a cabo una «investigación independiente y completa» de la muerte de Jones.
El propio gobernador de Florida, Rick Scott, anunció ayer su apoyo a la investigación de la Fiscalía, al tiempo que se supo que la Policía de Palm Beach Gardens no utiliza cámaras de vídeo ajustadas a los uniformes ni tampoco incorporadas a los coches patrulla no identificados.