La anunciada expansión del sector privado en Cuba no incluye a la mayoría de los servicios profesionales, el comercio al por mayor, las principales industrias o las telecomunicaciones y prohíbe expresamente la creación de medios de comunicación, según una lista publicada el miércoles de las actividades de autoempleo que no serán permitidas en la isla.
El gobierno tampoco permitirá competencia en otros sectores clave como la salud, la medicina y la producción de tabaco, según un documento de actividades prohibidas que publicó el medio oficial Cubadebate. En el sector turístico, aunque se mantiene autorizado el alquiler de habitaciones, no se permitirá la creación de agencias de viaje, la mayoría en manos de compañías controladas por empresas militares.
La expansión del autoempleo y los pequeños negocios privados había sido prevista desde el año pasado, como parte de una serie de reformas económicas para hacerle frente a la profunda crisis que atraviesa el país, cuya economía se contrajo un 11 por ciento el año pasado. La pandemia de coronavirus, las sanciones de la administración de Donald Trump, y la crisis en Venezuela, vinieron a agudizar los problemas de la ineficiente economía estatal cubana.
La medida también intenta crear empleos para cerca de 300,000 trabajadores estatales que las autoridades calculan quedarán sin empleo cuando el gobierno deje de subsidiar empresas improductivas.
La escala de los negocios aprobados es limitada y no incluye la actividad industrial porque las pequeñas y medianas empresas privadas aún no tienen amparo legal. Una ley para dotar de personalidad jurídica a estas empresas fue pospuesta hasta el 2022 pero varios economistas de la isla como Pedro Monreal creen que el gobierno podría autorizarlas sin esperar a la promulgación de la ley.
“Por muy positiva que pueda parecer esta nueva medida del gobierno cubano de expandir la lista de actividades autorizadas para el sector por cuenta propia, no deja de ser una medida incompleta si no viene acompañada de la legalización de la pequeña y mediana empresa en Cuba”, comentó desde La Habana el emprendedor Camilo Condis.
“Las pequeñas y medias empresas no solo resolverían la mayoría de las dificultades legales y tributarias que enfrenta el sector privado en Cuba actualmente, sino que son imprescindibles para el saneamiento y evolución de la economía cubana”, agregó Condis, quien también es conductor del podcast El Enjambre.
El anuncio el fin de semana de que el gobierno aumentaría las actividades de “trabajo por cuenta propia” o auto empleo de 127 a más de 2,000 había generado grandes expectativas de que las autoridades estaban listas para expandir significativamente el rol de la propiedad privada y la economía de mercado en la isla.
Pero según la lista publicada, el gobierno mantendrá el control de la mayoría de sectores de la economía. También prohíbe algunas actividades hasta ahora toleradas, como la creación de medios de comunicación fuera del sector estatal, si bien los periodistas independientes han sufrido el acoso constante de las autoridades.
Según el documento quedan prohibidos la “edición y maquetación de libros, directorios y listas de correo, periódicos tabloides y revistas en cualquier formato o soporte”. Su impresión también está prohibida así como las actividades de las agencias de noticias independientes.
La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, dijo el martes que se eliminaría la lista de 127 actividades autorizadas por ser muy restrictiva y que se permitiría a quienes deseen abrir pequeños negocios presentar un proyecto relacionado con las cerca de 2,000 actividades listadas en el Clasificador Nacional de Actividades Económicas empleado en las estadísticas oficiales.
Pero este sistema en realidad agrupa cerca de 80 sectores de la economía que luego son divididos en gran detalle. Por ejemplo, la actividad agrícola contempla categorías diferentes según los cultivos, una metodología que explica por qué el número aparente de actividades es tan alto.
Entre las actividades profesionales que serán autorizadas se encuentra la programación de software y la medicina veterinaria, pero solo para el tratamiento de mascotas, dos reclamos de los cubanos por muchos años. Los programadores incluso ofrecían sus servicios a compañías en el extranjero pero sin ningún respaldo legal.
La autorización del ejercicio de la medicina veterinaria, anunciado el martes por el Ministro de Economía, Alejandro Gil, responde a la presión de activistas por los derechos de los animales, quienes protestaron por un reciente decreto que prohibía completamente ofrecer esos servicios fuera del sistema estatal.
El economista cubano Carmelo Mesa Lago opinó que la expansión de las actividades autorizadas para el autoempleo era “un paso positivo” que habían pedido muchos economistas desde hacía años, pero había que esperar a ver las regulaciones finales.
“El diablo está en los detalles”, dijo. Anteriormente el gobierno anunció que los “cuentapropistas” podrían exportar e importar, recordó, pero luego dijo que solo podían hacerlo a través de empresas del estado.
Algunas decisiones son difíciles, añadió. “Si autorizas que los arquitectos puedan ejercer de modo privado, el estado se queda sin arquitectos”, agregó.
Los arquitectos, ingenieros, médicos y científicos de hecho quedaron fuera de la expansión. También los productores de música y audiovisuales, pese a que llevan años solicitando ser reconocidos.
Feitó dijo que se simplificará el proceso de acceder a las licencias y se eliminarán trabas para ejercer más de una actividad. Las personas podrán presentar “proyectos” más que cumplir estrictamente con una definición preestablecida de cada actividad permitida, como era hasta ahora. Todos los trabajadores por cuenta propia tendrán que “reinscribirse”.
“Un país y una economía no caben en una norma”, dijo la ministra, quien puso como ejemplo que las personas que alquilen a turistas pueden ahora presentar un proyecto de negocio que incluya también el transporte desde el aeropuerto y servicios de alimentos sin tener que solicitar varias licencias.
UN SECTOR PRIVADO QUE NO DESPEGA
Tras el impulso inicial a partir del 2010 para reformar la economía durante el gobierno de Raúl Castro— quien sigue al frente del país como primer secretario del Partido— las autoridades frenaron la expansión del “cuentapropismo,” limitando el autoempleo a 123 actividades que excluían a la mayor parte de los servicios profesionales. Algunas de las actividades permitidas, como “forrador de botones” o “desmochador de palmas” ejemplificaban cuán limitado era el enfoque.
Aún así, miles de cubanos abrieron pequeños negocios autorizados en sus casas: cafeterías, hostales, “paladares” o restaurantes, peluquerías. Otros dejaron sus empleos estatales para convertirse en taxistas. Los más exitosos podían generar miles de dólares. A la mayoría, el naciente sector privado les permitió sobrevivir fuera del estado.
Según cifras gubernamentales, más de 600,000 cubanos tienen uno de estos pequeños negocios o son sus empleados.
Aunque la expansión de la lista de actividades autorizadas era una medida por la que han abogado muchos cubanos dentro y fuera del país, expertos y cuentapropistas creen que no será suficiente para tener un efecto significativo en la economía, también atravesando el impacto de una reforma monetaria que ha generado inflación.
El desarrollo del comercio mayorista, la eliminación de trabas burocráticas y la concesión de préstamos son otros medidas que junto a la ley de empresas deben tomarse “con rapidez, sin trabas ni desincentivos”, escribió Mesa Lago en un reciente reporte para el Real Instituto Elcano en España.
Otros expertos dudan de que el anuncio tenga una efecto inmediato en un sector que ha sido fuertemente afectado por las sanciones estadounidenses y las medidas restrictivas impuestas para combatir la pandemia. La eliminación de los cruceros y las limitaciones a los viajes de los estadounidenses afectaron a muchos negocios asociados al turismo y la pandemia vino a empeorar la situación, dijo Gil. El gobierno restringió temporalmente las licencias de 250,000 trabajadores por cuenta propia como parte de medidas para prevenir la transmisión de COVID-19.
En el anuncio, algunos ven un guiño a la administración de Joe Biden, quien ha prometido revisar la política hacia Cuba y revertir limitaciones a los viajes y las remesas.
La nueva administración estadounidense podría juzgar favorablemente que el gobierno cubano complete la unificación monetaria iniciada este año, e impulse “oportunidades para que las pequeñas empresas operen de forma independiente”, opinó John Kavulich, el presidente del U.S.-Cuba Trade and Economic Council .
“Si la administración Biden cree que el gobierno de Miguel Díaz-Canel está preparado para hacer lo que es difícil, mantener los procesos a pesar de los desafíos, entonces será mucho más fácil para Washington crear oportunidades de acercamiento”, dijo.
Fuente: El Nuevo Herald