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¿Están a tiempo los republicanos de detener a Donald Trump?

por actualidad

Se esperaba que su discurso rimbombante de Donald J. Trump se deshiciera en el aire sutil de la industria del entretenimiento. Y sin embargo, hoy los republicanos enfrentan un escenario impensado: una figura que disgusta al establishment partidario lidera la acumulación de delegados a la convención que elegirá el candidato presidencial.

 Las hipótesis sobre el futuro son varias, entre ellas:
1) Trump no llega a conseguir los 1.237 delegados necesarios para la nominación, y a mediados de julio la Convención Republicana será un espacio de negociación: cualquier candidato de consenso —inclusive alguien que no haya disputado una primaria siquiera— se lleva la candidatura. De su desempeño en las encuestas se calculan sus posibilidades de triunfo.

2) El Partido Republicano (PR) se fractura: Trump no acepta un candidato de consenso y participa en las elecciones con un partido propio.

3) Trump llega a conseguir los 1.237 delegados. Los donantes del PR se dedican a fortalecer a los otros candidatos republicanos que participan en las elecciones locales en los distintos estados, para sostener la fuerza territorial.

4) El PR se fractura: Trump no consigue el apoyo de muchos republicanos (ya el senador Ben Sasse dijo que armaría un partido aparte) y el PR inicia una suerte de éxodo hacia un partido independiente.

La pregunta principal es una sola:

¿Hay algo que el PR pueda hacer todavía para evitar la nominación de Trump?

El director de la Escuela de Polícitas y Asuntos de Gobierno e Internacionales de George Mason University (GMU), Robert J. Guttman respondió a Infobae con un monosílabo enfático: «Sí».

Donald Trump arrasó en Florida y forzó la salida de Marco Rubio, uno de sus principales contendientes – AFP

—Creo que el escenario está abierto —agregó el especialista, también director de la publicación online de investigadores políticos de GMU Mason Monitor—. Cuando se llegue a la convención no creo que él tenga delegados suficientes. Por las primarias, básicamente, una persona consigue votos que van a la convención. Trump podría conseguir los votos para llegar, pero todavía es una buena pregunta. Y si no los consigue, la convención tiene un papel propio, decidir la elección de aquel que los republicanos quieran, y todo el mundo comienza con tejes y manejes.

Con él coincidieron otras dos analistas políticas de la esfera académica:

—La competencia por la nominación republicana no ha terminado, y Trump todavía necesita ganar una mayoría de delegados antes de declarse victorioso. Existe la posibilidad de que tenga una pluralidad de votos al fin del proceso, pero no una mayoría. Eso llevaría a una convención abierta, y entonces la élites del partido toman la decisión —dijo la profesora Karen Sebold, del Departamento de Ciencia Política de la University of Arkansas (UARK).

—La única manera en que se lo puede detener a esta altura es en la convención si no consigue llegar con la cantidad suficiente de delegados, 1237 cuando se hace la primera votación —agregó Susan MacManus, Profesora Distinguida de South Florida University (SFU)—. Por ahora parece que los otros candidatos tendrán que alinearse detrás de alguien, y eso parece muy difícil.

—¿Por qué?

—Porque Cruz tiene delegados, Kasich tiene delegados y Marco Rubio tiene delegados. A muchos republicanos no les gusta Trump pero tampoco les gusta Cruz.

Una convención con pronóstico reservado

La profesora Sebold exploró una posibilidad que pocos quieren mirar: «Antes de llegar al escenario de una convención abierta, Trump puede obtener la mayoría de los delegados, y se lo nombraría candidato en la convención. Todavía tiene una oportunidad: para conseguir la mayoría de delegados, necesita ganar el 45% de los que restan».

Pero en general, el escenario más comentado en los medios y entre los analistas —y por el propio Trump, que advirtió sobre la posibilidad de disturbios si no se le concede la nominación— es una convención negociada o disputada —abierta, como la llaman los expertos; como la que se ve por la vicepresidencia demócrata en House of Cards—, algo que causa temor, según explicó la doctora MacManus. «Trump tiene muchos delegados, y si le niegan la nominación los republicanos perderían a un grupo importante de gente que decidió ser republicana a causa de él», dijo.

—¿Qué podría suceder?

—Creo que es difícil predecir porque hasta ahora nada ha sido predecible en esta carrera de precandidatos.

La primera votación de los delegados en la convención se inclina hacia lo simbólico: en general todos se sienten comprometidos a apoyar a los que ganaron en las primarias. «Pero si nadie logra la nominación, el mínimo de 1.237 delegados a su favor, las siguientes votaciones están muy abiertas», señaló el doctor Guttman, también fundador y director del Centro de Política y Relaciones Internacionales de GMU. «La gente puede cambiar… la gente puede hacer lo que quiera».

—¿En qué medida importa que alguien tenga más delegados que los otros candidatos?

—Obviamente esa persona lo único que tiene que hacer es un arreglo con alguien más para imponerse, pero aquel que le dé sus delegados querrá algo a cambio. Es como cerrar un trato, algo por lo cual se supone que Trump es famoso. Pero en síntesis: si tiene los 1.237 delegados es el nominado; si no, puede ser cualquiera.

Si Trump llega al encuentro del PR en Cleveland, del 18 al 21 de julio, sin la cifra que necesita, «acaso sea improbable que John Kasich gane una mayoría de delegados, pero en potencia Ted Cruz podía hacerlo, o entre ambos podrían evitar que Trump ganara la mayoría», analizó la doctora Sebold. «Es difícil predecir que sucedería. En 1920, por ejemplo, en una convención abierta, Warren Harding ganó la nominación sin haber ganado ni una primaria,literalmente».

Ted Cruz busca acortar distancias frente a los delegados obtenidos por Donald Trump
Ted Cruz es el precandidato republicano mejor posicionado para evitar la nominación de Donald Trump

—¿No existe siquiera un nombre de consenso posible?

—Hay una fractura en el partido, es difícil pensar que eso pueda ocurrir. Obviamente podrían nominar a Ted Cruz, pero de los tres grupos que existen hoy en el partido, probablemente el suyo tenga el menos apoyo.

—¿Y John Kasich?

—Él está atrás en el mapa de delegados… Eso no quiere decir que las élites no pudieran apoyar a Kasich, pero creo que es algo improbable: se ven más inclinadas a apoyar a Cruz por su apoyo mayor en el público. El objetivo es conseguir a alguien votable, y Cruz parece más votable que Kasich, según se ve en los distritos que han votado.

—¿Y fuera del PR, en la elección nacional?

—Kasich mide mejor contra Hillary Clinton. Pero estamos hablando de instantáneas: a medida que nos adentremos en la campaña política nacional, Hillary Clinton tendrá mucho dinero para gastar, y esos números son volátiles… Kasich podría no medir tan bien contra Hillary Clinton ya en el tramo final. Si yo tuviera que apostar dinero en el escenario de una convención abierta, creo que Ted Cruz sería el candidato detrás del cual se querrían unir para apoyarlo. Pero ciertamente Trump montaría una campaña independiente. Y si gana Trump, el PR podría montar una campaña independiente… De una forma u otra, dividirían los votos republicanos y el GOP [Great Old Party, antiguo gran partido, como se llama al PR] bien puede perder esta elección: palos porque bogas, y porque no bogas, palos.

Nombres conocidos e inesperados: Romney, McCain, Ryan

El profesor Guttman dicta clases sobre las elecciones estadounidenses en una de las universidades dedicadas a la investigación más respetada. Recuerda que en el año 2008 Trump era «un payaso que no iba a ninguna parte», y que en 2012 Trump era… lo mismo. «En 2016 sigue siendo un payaso —dijo a Infobae— pero va en alguna dirección«.

—¿Cómo sucedió?

—Creo que se trata más de una definición de la sociedad que de Trump. La sociedad se ha vuelto muy poco civil, un poco más granuja… Durante los años de Ronald Reagan u otro líder del pasado esta clase de discurso es simplemente des-co-no-ci-do. ¡En ninguna primaria alguien que compitiera por la candidatura presidencial del PR hubiera criticado al último presidente republicano, George W. Bush, o llamado a Romney «un perdedor»! Eso hubiera alcanzado para dejarlo fuera de carrera. Por no hablar de su crítica de los mexicanos y esa cosa idiota del muro, o su crítica de las mujeres, o la desaparición del Obamacare.

«Las élites podrían elegir a otro porque Trump no da bien en las encuestas contra los demócratas en las elecciones generales, probablemente un reflejo de su retórica grandilocuente», observó la profesora Sebold. «Pero aun si el GOP hace eso, existe una posibilidad de que pierda de todos modos porque es probable que Trump monte una campaña independiente y le robe votos».

El director del Mason Monitor señaló que quien grita no siempre tiene fuerza, acaso todo lo contrario: «Mucha gente cree que Trump habla con dureza. Yo no. Creo que su discurso es débil. Y que decirle a alguien ‘te detesto’, ‘no me gustas’, y pretender que le contesten ‘ok, votaré por ti’ va contra la naturaleza humana».

—¿Qué otras figuras podrían resistirlo?

—¡Esto no ha terminado! Todavía faltan Pennsylvania, New York, New Jersey, California… son grandes estados. [Un improbable triunfo en California podría darle a Trump los delegados que necesita para contar con mayoría propia, advirtió Los Angeles Times.] Y Ted Cruz está detrás de Trump, pero no demasiado. Claro que tampoco Cruz es muy popular dentro del partido, pero sí más que Trump. Si Ted Cruz llega con 800 delegados, Trump podría ofrecerle algo para tenerlos pero… ¿quién se uniría con Trump, que dice cosas escandalosas, y así aleja a la gente que podría trabajar con él?

—¿Cómo ve a Kasich?

—La gente del establishment se podría alinear detrás de Robert Kasich. No es un trato cerrado todavía. Las primarias continúan hasta la primera semana de junio, y desde entonces hasta que se celebre la convención a mediados de julio todos estarán haciendo tratos. Hay quienes han reflotado el nombre de Mitt Romney, quienes han levantado el nombre del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que puede ser muy popular.

John Kasich, gobernador del Estado de Ohio

Guttman reflexionó sobre dos paradojas:

1. La resistencia activa en el PR: «Tendría que haber comenzado hace unos seis meses, pero ahora están tomando el asunto en serio. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo que Trump tiene que moderar su tono y dejar de hablar de disturbios».

2. «En 2012 mucha gente rechazó a Mitt Romney porque era demasiado rico. Y ahora, cuatro años más tarde, a mucha gente le gusta Trump porque es mucho más rico… Es un fenómeno muy extraño. Me gustaría que se terminara pero va a llegar a la convención. Creo que será una tremenda convención entre todas las que llevo asistiendo en los últimos 30 años».

La profesorade UARK estimó que en este momento tan tenso se puede dejar caer toda clase de nombres: «¿Qué tal John McCain? Él probablemente tendría más apoyo electoral que Mitt Romney en el pasado. Cualquiera de estos republicanos reconocidos podría dar un paso y —por decirlo de algún modo— salvar el partido, pero no importa a quién elijan: es casi garantizable que habrá una respuesta de Donald Trump y sus seguidores. Inclusive si Trump no se presentara de modo independiente, el día de las elecciones esos votantes podrían no votar por el candidato republicano y votar por el Partido Demócrata (PD).

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