Un reciente estudio europeo realizado con 28 adultos jovenes encuentra evidencias que existen cambios estacionales en la memoria y la atención, dependiendo la época del año.
Se estima que el 5 por ciento de las personas en Estados Unidos sufren el trastorno afectivo estacional, que provoca síntomas depresivos, por lo general en otoño e invierno. Por eso la terapia de luz se usa comúnmente para tratarlo, una señal de que la afección podría vincularse con las diferencias estacionales en la luz solar.
Las estaciones también afectan a las hormonas, al sistema inmunitario y a los neurotransmisores, que son unas sustancias químicas en el cerebro, apuntan los resultados de investigación de la Universidad de Lieja, en Bélgica. Algunas investigaciones han sugerido que las estaciones afectan a las habilidades de pensamiento, pero los hallazgos no han sido concluyentes.
Los investigadores no saben cómo las estaciones en realidad afectan al cerebro. Pero los cambios estacionales en la humedad, la temperatura, la duración de los días e incluso las interacciones sociales entre las personas podrían tener algo que ver, sugiere el estudio.
El estudio aparece en una de las ediciones de la segunda semana de febrero de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.