“Veintitrés años de mi vida los dediqué, desde que entré al seminario pensando que el matrimonio no era para mí una posibilidad, aunque pensaba en el matrimonio, creo que todos los curas piensan en el matrimonio como una posibilidad en su vida, algunos lo llevan a cabo. Ciertamente yo creo que hay una cosa y es que la familia y los temas de familia siempre han estado tan cercanos a mi corazón que no es muy raro para mí tratar estos temas, no es muy raro para mí el día a día. Yo tengo ahora un hijo de 17 años, mi esposa en su primer matrimonio tuvo un hijo y él es tan hijo mío como los otros dos”.
“No es lo mismo bautizar y ver a los sobrinos y ver a la gente de la familia en su lucha con sus hijos que uno mismo madrugar, ayudar a la esposa a cambiar los pañales, dar la leche, ciertamente te cambia la vida”.