“Pienso que hemos dejado atrás la noche negra de las dictaduras latinoamericanas, cuando a sistemas políticos elegidos por el pueblo los militares les daban un golpe de estado y se quedaban durante muchos años, hasta poder recuperar la democracia después, en algunos casos represión al pueblo”.
“Esa etapa de América Latina creo que no volverá, hemos ido consolidando las instituciones democráticas en las últimas décadas. Sin embargo la realidad es que nadie se imaginaba que pudiera acontecer lo que sucedió en Honduras cuando se dio un golpe de estado. Yo me vi involucrado porque me pidieron medir para ver si podíamos reconciliar a las partes en conflicto. Yo era presidente entonces de Costa Rica y ni siquiera pude sentar en la misma mesa a don Roberto Micheletti y al ex presidente Zelaya”.
“La constitución paraguaya permite sustituir a un presidente después de un debate en el parlamento eso está concebido es una norma constitucional, mientras que en el caso hondureño fue el ejército el que sencillamente le pidió al presidente Zelaya que tenía que abandonar el poder y salir del país, fue claramente un golpe de estado, por la fuerza. En el caso de Paraguay la constitución lo prevé, así que podemos lamentarnos de que haya sucedido porque el presidente Lugo fue elegido por el pueblo paraguayo, pero la verdad es que está amparado en la constitución”.
“Las democracias no son perfectas pero ciertamente pueden ser mejores y en algunos casos se ha retrocedido. La verdad es que se ha retrocedido porque el presidente ha tenido injerencias muy fuertes en los poderes electorales en las instituciones electorales de nuestros países, también en el poder judicial donde el poder judicial pierde su independencia. Se han ido borrando las fronteras entre los poderes de Montesquieu, eso es evidente en muchos países de América Latina. Se ha abusado en el irrespeto a los derechos individuales, a las libertades individuales. Un buen ejemplo es la prensa en muchos de nuestros países”
