“Las últimas semanas he estado viajando bastante, la semana pasada de hecho estuvo en El Cairo, en Egipto. Coincidí con las protestas. Llevamos una delegación de casi cien personas de negocios de Estados Unidos, cincuenta compañías grandes que estaban interesadas en vender productos en Egipto y estaban interesadas también en invertir y hacer negocios con Egipto. Porque tratamos en lo posible de hacer que Egipto sea un país más estable, más próspero, porque de esa manera no solamente nos ayuda a nosotros en la política exterior sino que también nos ayuda en el comercio y crea más empleos en Estados Unidos”.
“Estuve allá, fui muy interesantes tuvimos reuniones muy productivas y desgraciadamente en el último día tuvimos la tragedia con nuestro colega de la embajada. Gracias a Dios no estuve allí, ya estaba viniendo, yo salí temprano ese día. Cuando aterricé me empezaron a comunicar de que Chris Stevens, nuestro colega embajador en Trípoli, donde yo también había estado en varias ocasiones, fue asesinado en el consulado de nosotros en Benghazi”.
“Yo tenía bastante en común con él, él era abogado, yo también lo soy. Él también había ejercido la profesión antes de entrar al Departamento de Estado. Fue una persona que arriesgó la vida durante la vida durante la revolución en Libia, porque estuvo varios meses en Benghazi ayudando a los revolucionarios a derrocar a Gadafi. Va a ser una pérdida muy importante”.