Momentos después de que el antiguo abogado personal de Donald Trump implicase al presidente de Estados Unidos en un delito, el senador John Cornyn declaró que la «gente que hace cosas malas, que viola la ley, deben rendir cuentas”.
Cornyn, el número dos de los republicanos en el Senado, aclaró rápidamente que sus declaraciones no iban dirigidas a Trump.
Para los republicanos, las novedades judiciales del martes removieron una situación incómoda y demasiado familiar. Casi cada semana, líderes y legisladores del partido han tenido que explicar una serie de polémicas generadas por Trump, con la esperanza de poder aguantar con sus severos comunicados hasta que se disipe el caos. Esta es la estrategia en la que ha confiado el partido cuando el presidente se negó a acusar directamente a Rusia de intervenir en las elecciones de 2016, ante sus declaraciones culpando tanto a supremacistas blancos como a sus contrarios de los enfrentamientos violentos en Charlottesville, Virginia, y tras sus numerosos insultos hacia las mujeres y las minorías.
Pero la extraordinaria declaración de culpabilidad de Michael Cogen, exabogado de Trump, que se produjo menos de una hora después de que el antiguo director de campaña del dirigente, Paul Manafort, fuese hallado culpable de ocho delitos financieros, lo que aumenta la presión sobre el Partido Republicanos a pocos meses de los comicios de mitad de legislatura.
Cohen es el primer socio de Trump hallado culpable de un delito asociado directamente con las elecciones de 2016. Y es un delito del que, según el letrado, Trump no solo estaba al tanto sino que se implicó personalmente en su comisión.
«Es un gran umbral el que acabamos de cruzar hoy”, dijo Zac Petkanas, agente demócrata especializado en investigaciones de oposición sobre Trump.
Sin embargo, la respuesta inicial de los republicanos ofreció pocos indicios de que el partido vaya a tratar las revelaciones de Cohen de forma diferente a como abordó las numerosas polémicas que han perseguido al dirigente en sus 17 meses en el cargo. La mayoría de los legisladores republicanos guardaron silencio sobre el tema. Uno de los escasos comunicados de líderes republicanos procedía de un vocero anónimo del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, quien dijo que estaba al tanto de la declaración de Cohen de «estos delitos graves» y que necesitaba «más información de la que disponible hasta el momento”.
Por ahora, el cálculo político para los republicanos es claro. Los legisladores ven pocos incentivos para distanciarse de Trump cuando ni sus declaraciones más incendiarias le han restado el respaldo de los votantes. El poder del presidente sobre los fieles al partido se mostró el martes en la noche, cuando encandiló a una predispuesta audiencia en un mitin en Virginia Occidental durante más de una hora. Hasta este momento, los únicos republicanos que se mostraron tajantes contra el mandatario fueron los que no se presentan a la reelección y no necesitan el apoyo de sus partidarios en noviembre, como los senadores Jeff Flake de Arizona y Bob Corker de Tennessee.
Los demócratas creen que pueden motivar a los votantes independientes y a republicanos moderados este otoño, presentando a los funcionarios del partido como los facilitadores del presidente. Responsables demócratas dejaron claro rápidamente el martes que tienen pensado atacar a sus rivales durante la campaña si guardan silencio sobre las crecientes cuestiones legales que giran en torno a Trump.
«Cada día hay más peso en la balanza”, dijo Paul Maslin, un encuestador demócrata basado en Wisconsin.
Charlie Kelly, que gestiona el grupo House Majority respaldado por la líder de la minoría en la Cámara, Nancy Pelosi, advirtió a los republicanos que las investigaciones se están “acercando cada vez más a la Casa Blanca”.
Cohen no mencionó directamente a Trump ante el tribunal, pero dijo que él y un «candidato no identificado» arreglaron pagos a dos mujeres. El importe y las fechas de los pagos concuerdan con el dinero que recibieron la actriz porno Stormy Daniels y la exmodelo de Playboy Karen McDougal para comprar su silencio sobre sus supuestos amoríos con Trump en las últimas semanas de la campaña.
El presidente, que ha negado repetidamente estar al tanto de los pagos, evitó las preguntas de los reporteros acerca de Cohen el martes. Además, también evitó referirse a Cohen y a Manafort durante su mitin del martes en la noche en Virginia Occidental.
Esta situación presenta algunos riesgos para los demócratas, especialmente si se les ve como demasiado ansiosos para iniciar un juicio político al presidente en el supuesto de que recuperan el control de la Cámara. Algunos partidarios de Trump, entre ellos su exjefe de estrategia Steve Bannon, aprovechan para animar a los republicanos indecisos a que acudan a votar en noviembre.
Sin embargo, al menos un republicano sugirió que los problemas legales generan un punto débil para Trump. Jennifer Horn, expresidenta del Partido Republicano en New Hampshire y crítica habitual del presidente, predijo que los acontecimientos de martes provocarían un importante desafío en las primarias presidenciales de 2020.
«Pueden contar con ello”, señaló.
Fuente: AP