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«Yo conozco personas que son especialistas nucleares, que estudiaron en la Unión Soviética-explica Ávila, y ahora están haciendo cualquier cosa menos eso, sentados en un lugar, vendiendo periódicos. Es un fenómeno interesantísimo, que no sé si sucede en muchas partes del mundo”.
“Eso repercute en las nuevas generaciones, que dicen para qué voy a estudiar entonces, mejor aprendo un oficio, algo de gastronomía, me voy a una cafetería donde hay propinas, me gano mis kilitos todos los días, me llevo un pedacito de algo para comer en la casa y así voy viviendo”, narra Ávila.
(Audio Cortesía de Radio Martí)