El Senado votó a favor de destituir a la suspendida presidenta de Brasil Dilma Rousseff este miércoles.
Rousseff enfrentaba un juicio político por decretos que alteraron el presupuesto de la nación. Es acusada de modificar ilegalmente cuentas antes de su reelección en 2014 para ocultar un déficit en el presupuesto y seguir financiando programas sociales populares.
«No he cometido ninguno de los delitos de los que se me acusa», dijo Rousseff. «Sé que seré juzgada, pero mi conciencia está tranquila. No tengo nada que esconder».
La acusación debía ser ratificada por 54 votos o dos tercios de la mayoría de 81 senadores.
El Senado votó 61 votos a 20.
Rousseff será destituida definitivamente y Michel Temer, quien ocupa la presidencia interina desde que la mandataria fue temporalmente apartada de sus funciones, la reemplazará hasta las elecciones generales de 2018.
La mandataria suspendida ha calificado todo el proceso como un golpe de Estado técnico dirigido por políticos implicados en una masiva investigación sobre corrupción.