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El comité de campaña de Donald Trump demandó al New York Times por difamación

por actualidad

El comité de campaña abocado a la reelección del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, demandó este miércoles a The New York Times por difamación. La alegación se desprende de una columna de opinión publicada en marzo de 2019. Titulada “El verdadero Quid Pro Quo entre Trump y Rusia” (The Real Trump-Russia Quid Pro Quo) y firmada por el ex editor ejecutivo del medio, Max Frankel, alegaba que durante la campaña electoral de 2016, el comité de campaña había llegado a un acuerdo abarcativo con la oligarquía rusa leal a Vladimir Putin para intercambiar su ayuda por una política favorable al país en la Casa Blanca.

La demanda asegura que el medio estadounidense publicó la columna pese a ser consciente de que las declaraciones eran falsas. “Reportajes previos del mismo Times habían confirmado la falsedad de las declaraciones, pero las publicaron igualmente y a sabiendas de que desinformaría a sus propios lectores debido al sesgo extremo del medio hacia la campaña y su búsqueda de influenciar las elecciones presidenciales de 2020”, expresa un párrafo del documento.

El anuncio de la demanda del comité electoral de Trump contra The New York Times

El anuncio de la demanda del comité electoral de Trump contra The New York Times

La demanda, presentada ante la Corte Suprema de Nueva York, busca una compensación de millones de dólares. La cifra no fue específicada. The New York Times no publicó una declaración en los minutos siguientes a que la demanda tomara estado público. En el primer párrafo de la columna Frankel -editor ejecutivo del medio entre 1986 y 1994- aseguró que no había necesidad de que las dos partes que mencionó llegaran a un acuerdo formal para confabular e intentar lograr la elección del entonces candidato republicano.

El acuerdo abarcativo, aseguró, consistía en que “los rusos proveían el quid en forma de ayuda a la campaña contra Hillary Clinton a cambio del quo, que consistiría en una política exterior pro rusa y comenzaría con el levantamiento de las sanciones económicas impuestas al país por la administración de Barack Obama”.

“Las declaraciones son 100 por ciento falsas y difamatorias”, expresó una abogada de la campaña, Jenna Ellis. No obstante, la demanda tiene bajas chances de prosperar. Según indicó The Hill, la Corte Suprema federal restringió severamente e 1964 los criterios para que una demanda por parte de un funcionario público por difamación avance. Fue en el marco del caso New York Times v. Sullivan y allí el máximo tribunal exigió que el demandante probara fehacientemente que el medio hubiera hecho la publicación con una intención maliciosa.

La oficina central de The New York Times. Foto: REUTERS/Carlo Allegri

La oficina central de The New York Times. Foto: REUTERS/Carlo Allegri

La demanda representa el último episodio de la animosidad de Trump para con los medios masivos de comunicación. A lo largo de su campaña y durante su presidencia sus críticas en este sentido han sido regulares, popularizando el término “Fake News” (noticias falsas) o llamándolos “el enemigo del pueblo” al referirse tanto a reportes individuales como su visión general sobre la mayor parte de la industria periodística.

La posibilidad de que la campaña de Trump hubiera confabulado con el gobierno ruso fue motivo de controversia desde el principio de su gobierno y dominó la conversación política durante buena parte de su mandato. De hecho, distintos reportes llevaron a la apertura de una investigación a cargo del fiscal especial Robert Mueller al respecto.

Mueller evaluó 10 incidentes por posible obstrucción de la justicia, entre ellos el despido ordenado por Trump del director del FBI James Comey, la instrucción del presidente a sus subordinados de que despidieran a Mueller y los esfuerzos para alentar a los testigos a no cooperar. Los abogados del presidente han dicho que la conducta de Trump estaba dentro de sus poderes constitucionales, pero el equipo de Mueller consideró que los incidentes merecían un escrutinio penal.

Y en abril de 2019, concluyó que “aunque la investigación identificó numerosos vínculos entre individuos con vínculos con el gobierno ruso e individuos asociados con la campaña de Trump, las pruebas no eran suficientes para apoyar los cargos penales”.

Fuente: Infobae

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