El banco central ruso subió el martes la tasa de interés en un 3,5%, una medida para combatir la inflación y reforzar al rublo después de que la moneda del país alcanzara su punto más bajo desde los inicios de la guerra con Ucrania.
La decisión se anunció tras una reunión de emergencia de la junta directiva del banco convocada el día anterior ante la caída del rublo. El descenso seguía a un aumento del gasto militar ruso y a sanciones occidentales que lastran sus exportaciones energéticas.
La moneda rusa superó los 101 rublos frente al dólar el lunes, perdiendo más de un tercio de su valor desde comienzos de año y alcanzando el nivel más bajo en casi 17 meses. Se había recuperado ligeramente después de que el banco central anunciara la reunión.
Maksim Oreshkin, asesor económico del presidente, Vladímir Putin, atribuyó el lunes la debilidad del rublo a una “política monetaria laxa” en una carta abierta y añadió que el banco central tenía “todas las herramientas necesarias” para estabilizar la situación, y que esperaba que se normalizara pronto.
Al subir el coste de la deuda, el banco central intentaba combatir la subida de los precios conforme Rusia importa más y exporta menos, especialmente petróleo y gas natural, mientras el gasto de defensa sigue subiendo y las sanciones se cobran un precio. Importar más y exportar menos reduce el superávit comercial, lo que suele pesar sobre la moneda de un país.
El banco también hizo una gran subida de las tasas del 1% el mes pasado y dijo que esperaba un aumento continuado de la inflación y que la caída del rublo aumentaba el riesgo.
Después de que los países occidentales impusieran sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania en febrero de 2022, el rublo se hundió hasta los 130 rublos frente al dólar, pero el banco central aprobó controles que estabilizaron su valor.
Fuente: AP