Estados Unidos y Filipinas firmaron un acuerdo el lunes para proteger el intercambio de tecnología e inteligencia militar altamente confidencial en armas clave que Estados Unidos proporcionaría a Manila.
El secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, y su homólogo filipino, Gilberto Teodoro, firmaron el Acuerdo General de Seguridad de Información Militar en Manila en un momento en que los viejos aliados han intensificado sus compromisos militares y de defensa, lo que incluye maniobras conjuntas de combate a gran escala, en gran parte en respuesta a las acciones cada vez más agresivas de China en Asia.
El gobierno saliente de Biden ha tomado medidas para fortalecer un arco de alianzas militares a través de la región del Indopacífico para contrarrestar mejor a China, por ejemplo ante cualquier confrontación futura sobre Taiwán o en el disputado Mar de China Meridional, que Beijing reclama casi en su totalidad.
Esto ha coincidido con los esfuerzos del presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., de fortalecer las defensas externas de su país ante una escalada alarmante de confrontaciones territoriales entre las fuerzas chinas y filipinas en el Mar de China Meridional.
El Departamento de Defensa Nacional en Manila dijo que el acuerdo pretende asegurar la seguridad de la información militar clasificada que se compartiría entre Estados Unidos y Filipinas.
Permitirá “que Filipinas acceda a capacidades superiores y artículos de gran valor de Estados Unidos”, dijo el Departamento de Defensa filipino.
Ninguna de las partes proporcionó más detalles ni publicó una copia del acuerdo.
Sin embargo, dos funcionarios de seguridad filipinos han dicho a The Associated Press que el documento, similar a los que Washington ha firmado con otros países aliados, permitiría a Estados Unidos proporcionar a Filipinas inteligencia de alto nivel y armas más sofisticadas, incluidos sistemas de misiles.
También proporcionaría al ejército filipino acceso a sistemas estadounidenses de vigilancia por satélite y drones con la garantía de que dicha inteligencia y detalles sobre armas sofisticadas se mantendrían muy protegidos para evitar posibles filtraciones, dijeron los dos funcionarios filipinos bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados para discutir el asunto sensible de forma pública.
Los esfuerzos filipinos para obtener armas sofisticadas del ejército estadounidense se han visto obstaculizados en el pasado por la falta de un acuerdo de inteligencia, por ejemplo cuando las fuerzas filipinas se apresuraban a combatir un asedio en 2017 por milicianos filipinos y extranjeros alineados con el grupo Estado Islámico en la ciudad sureña de Marawi. Las fuerzas filipinas, apoyadas por aviones espía estadounidenses y australianos, sofocaron la sublevación después de cinco meses.
Austin y Teodoro también asistieron a una ceremonia de inauguración para un centro donde los militares de Estados Unidos y Filipinas coordinarían futuras operaciones conjuntas, incluyendo el intercambio de información. Austin dijo que el centro “será un lugar donde nuestras fuerzas pueden trabajar lado a lado para responder a los desafíos regionales”.
Austin renovó el compromiso de Estados Unidos con Filipinas como aliado y le dijo a Teodoro que “somos más que aliados. Somos familia”.
El centro de coordinación, dijo Teodoro, proporcionaría “una imagen unificada de las áreas de responsabilidad compartidas y enfoques comunes ante las amenazas contra nuestras seguridades”.
“Estoy seguro de que beneficiará a futuras generaciones de ambos pueblos porque aunque podemos cambiar de personas, los valores no cambian”, dijo Teodoro.
El jefe de defensa filipino reiteró la necesidad crucial de la presencia de seguridad de Estados Unidos en la región, citando las repetidas declaraciones de Marcos de que tal presencia “es esencial para mantener la paz y la estabilidad en esta región”.
Fuente: JIM GOMEZ Associated Press