Estados Unidos y Alemania firmaron un acuerdo el viernes para aumentar su cooperación en la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables en un esfuerzo por frenar el cambio climático.
El acuerdo permitirá a las dos naciones trabajar juntas en el desarrollo y despliegue de tecnologías que aceleren la transición hacia las energías limpias, especialmente en el ámbito de la energía eólica marina, los vehículos de cero emisiones y el hidrógeno.
Washington y Berlín se comprometieron además a colaborar en la promoción de políticas climáticas ambiciosas y de seguridad energética en todo el mundo.
El enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, señaló que el objetivo de las dos naciones es obtener los beneficios de una transición rápida a través de la creación de nuevos puestos de trabajo y oportunidades empresariales en el creciente mercado de las renovables.
Estos mercados se rigen por normas comunes que determinan qué hidrógeno puede considerarse como “verde”, por ejemplo. Las autoridades trabajarán ahora en alcanzar una definición común para garantizar que el hidrógeno producido a un lado del Atlántico pueda venderse al otro.
El ministro alemán de Energía y Clima, Robert Habeck, dijo que el pacto refleja la urgencia de atajar el calentamiento global. Según los científicos, se necesitas reducciones drásticas de las emisiones a nivel global en esta década para poder cumplir los objetivos fijados en el Acuerdo del Clima de París en 2015.
“El tiempo se está agotando, literalmente», afirmó Habeck, añadiendo que el cambio climático es “el desafío de nuestra generación política”.
El acuerdo germano-estadounidense se firmó en un aparte de la cumbre de ministros de Energía y Clima del Grupo de los Siete, que reúne a las naciones más adineras del mundo.
Se espera que más tarde en el día el G7 anuncie una serie de nuevos compromisos sobre la lucha contra el cambio climático, incluyendo un objetivo común para la eliminación progresiva de la quema de carbón para la producción de electricidad y el aumento de las ayudas financieras a los países pobres afectados por el calentamiento global.
El carbón es un combustible fósil muy contaminante y es el responsable de una quinta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero generadas por el hombre.
Los miembros del G7 Gran Bretaña, Francia e Italia, han fijado plazos para dejar de quemar carbón con este fin en los próximos años, mientras que Alemania y Canadá planean hacerlo para 2030 y Japón quiere más tiempo. El gobierno estadounidense prevé lograrlo en 2035.
Fuente: AP