El Gobierno de Trump volverá a poner a Cuba en la lista de patrocinadores estatales del terrorismo el lunes, según confirmaron a la agencia Bloomberg dos altos funcionarios del Departamento de Estado. La decisión revertirá una decisión de la era de Obama y podría dificultar al presidente electo, Joe Biden, la búsqueda de fortalecer rápidamente los lazos diplomáticos con La Habana.
Se espera que el secretario de Estado, Michael Pompeo, indique que la designación responde a que el país continúa albergando a fugitivos estadounidenses, incluida Joanne Chesimard, condenada por matar a un agente del estado de Nueva Jersey en 1973, y por rechazar una solicitud de extradición de Colombia para miembros del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN), vinculados a un bombardeo en 2019 que mató a 22 personas.
De esta manera, Cuba se unirá a un muy pequeño grupo, solo integrado por Siria, Irán y Corea del Norte, naciones más ampliamente condenadas por fomentar el terrorismo, en la lista de Estados Unidos. Cuba había sido incluida originalmente en la lista en 1982, pero fue eliminada por el presidente Barack Obama en 2015, en un momento en el que buscaba mejorar las relaciones económicas y diplomáticas con la nación caribeña.
En la imagen, el presidente electo de EE.UU., Joe Biden. EFE/Jim Lo Scalzo/Archivo
Bajo el Gobierno de Donald Trump, Estados Unidos calificó a Cuba como parte de una “Troika de Tiranía” con Nicaragua y Venezuela. Sus medidas fueron populares entre los cubanoamericanos en Florida, un estado que Trump ganó en su intento de reelección con la ayuda de los refugiados cubanos, venezolanos y otros votantes latinos anticomunistas.
Su Administración había estado considerando la medida durante meses. Dos altos funcionarios del Departamento de Estado, que pidieron no ser identificados por discutir deliberaciones internas, dijeron que la política no desempeñó ningún papel en la decisión de volver a designar a Cuba y que varias Administraciones, incluida la de Obama, habían tomado decisiones políticas sobre la isla al final de sus presidencias.
Cuba y Estados Unidos, enemigos desde que el difunto Fidel Castro asumiera el poder en 1959, establecieron relaciones diplomáticas en 2015 cuando Obama era presidente y Biden era vicepresidente. El país norteamericano facilitó el comercio tras cinco décadas de embargo y tomó otras medidas hacia la normalización, aunque el término total de las restricciones estadounidenses requeriría una ley del Congreso.
A pesar de las incipientes aperturas y el aumento de la inversión extranjera desde la década de 1990, la economía de Cuba sigue estando fuertemente controlada por el Gobierno y los militares.
Durante el mandato de Trump, abrió la puerta a demandas contra compañías que se benefician de propiedades confiscadas por el Gobierno en Cuba, prohibió viajes educativos y cruceros con destino a la isla y limitó los vuelos directos. Biden podría tomar medidas para sacar a Cuba de la lista de terroristas, pero una revisión formal podría retrasar el proceso por varios meses y reavivar el debate sobre los líderes comunistas de Cuba.
Fuente: Infobae.-