Una esperada lista de políticos y empresarios que han prosperado bajo el mandato del presidente Vladimir Putin, publicada el lunes por la noche por el gobierno de Estados Unidos, parecía ser básicamente una lista de personas que trabajan en el gobierno ruso y una relación de 96 “oligarcas” tomada de un artículo de la revista Forbes sobre millonarios rusos.
El Congreso de Estados Unidos había ordenado elaborar la lista en respuesta a la interferencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016. El documento, había despertado temor entre rusos adinerados que temen que pueda llevar a sanciones estadounidenses o verse en listas negras en el sistema financiero global.
Sin embargo, Washington sorprendió a muchos al anunciar que había decidido no emprender acciones contra nadie _por ahora_, con nuevas sanciones de represalia por las interferencias electorales.
Algunos legisladores estadounidenses dijeron que el presidente, Donald Trump, estaba dando carta blanca a Rusia, avivando el debate sobre si el presidente se resiste a enfrentarse a Moscú.
Al final, la lista de 114 políticos publicada justo antes de que venciera el plazo límite el lunes a medianoche incluía a todo el gobierno de Putin, tal y como aparece en el sitio web del Kremlin, junto al gabinete ruso, todos los responsables de seguridad de alto nivel y directores generales de las principales compañías estatales.
La lista de 96 “oligarcas” es una copia calcada de la clasificación de millonarios rusos elaborada por la revista Forbes, solo que por orden alfabético. No distingue entre personas vinculadas al Kremlin y las que se reconoce ampliamente hicieron su fortuna de forma independiente al gobierno ruso.
Putin afirmó que la lista es un “paso hostil” que daña las relaciones entre los dos países. En un acto de campaña para las elecciones de marzo, en las que opta a la reelección, el presidente bromeó con que se sentía “dejado de lado” porque él no estaba en la lista.
Sin embargo, Putin dijo que Moscú no quiere empeorar la situación y está deseando “desarrollar las relaciones tanto como quieran nuestros homólogos estadounidenses”.
Hay una versión clasificada y más amplia de la lista que se ha proporcionado al Congreso, que también incluye a políticos de menor categoría o empresarios con fortunas inferiores a los 1.000 millones de dólares, según funcionarios.
Basándose en información de inteligencia estadounidense, el Departamento del Tesoro también elaboró una lista de empresas en las que el estado ruso tiene al menos una participación parcial, aunque ese documento también es clasificado y solo se remitió al Congreso.
El objetivo del documento no clasificado de siete páginas, tal y como lo planteó el Congreso, era identificar y señalar a los que se cree se benefician del mandato de Putin al tiempo que Estados Unidos trabaja para aislar a su gobierno en los planos diplomático y económico.
Todos los altos cargos del gobierno ruso salvo Putin están en la lista de 114 políticos. Es el caso del primer ministro, Dmitry Medvedev, al igual que ministros como el canciller, Sergey Lavrov, los 42 asesores de Putin y responsables de seguridad. También aparecen los directores generales de grandes empresas estatales como Sberbank y la gigante energética Rosneft.
El documento enumera además a 96 rusos adinerados a los que el Departamento del Tesoro considera “oligarcas”, cada uno con una fortuna estimada de unos 1.000 millones de dólares o más. Algunos son los más famosos de los rusos acomodados, como los magnates Roman Abramovich y Mikhail Prokhorov, que desafió a Putin en las elecciones de 2012. También está el magnate del aluminio Oleg Deripaska, mencionado en la investigación estadounidense sobre Rusia por sus lazos con el exdirector de campaña de Trump Paul Manafort.
Hay nombres más inesperados, como el de Sergey Galitsky, fundador de la cadena de tiendas Magnit, y Arkady Volozh, fundador y director general del buscador de internet Yandex. Ambos han sido elogiados como hombres hechos a sí mismos que construyeron sus exitosos negocios sin apoyo del gobierno.
Algunos de los que aparecen están directamente enfrentados al Kremlin, como los hermanos Ananyev, que huyeron del país el año pasado y prometieron demandar al gobierno ruso después de que su banco fuera declarado en bancarrota.
La publicación de la llamada “lista de Putin” causó consternación y malestar en Moscú.
La lista muestra que Estados Unidos ve a todo el gobierno ruso como enemigo, afirmó a la prensa el martes el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, también incluido en la lista.
Aunque Rusia no debe “ceder a las emociones” antes de estudiar la lista y sus implicaciones con detenimiento, Peskov mencionó el nombre de la ley: “Sobre contrarrestar a los adversarios de Estados Unidos por medio de sanciones”.
“En la práctica, todo el mundo ha sido designado un adversaroi de Estados Unidos”, afirmó.
En un mensaje en Facebook el martes, Konstantin Kosachev, presidente del comité de asuntos exteriores del Consejo de la Federación, dijo que el espionaje estadounidense no había conseguido información comprometedora sobre políticos rusos y había terminado “copiando la agenda de teléfonos del Kremlin”.
El líder opositor ruso Alexei Navalny, que saltó a la fama por sus investigaciones sobre la corrupción pública, tuiteó el martes que estaba “encantado de que estas (personas) hayan sido reconocidas oficialmente a nivel internacional como bandidos y ladrones”.
En sus pesquisas, el líder opositor ha expuesto lo que describió como estrechos lazos entre miembros del gobierno y algunos de los millonarios de la lista.
Es probable que la publicación del texto disipe al menos en parte la decepción de algunos legisladores porque el gobierno de Trump decidió no incluir a más gente en sanciones activadas el lunes.
La misma ley que autorizó la “lista de Putin” requiere que el gobierno sancione a cualquiera que haga negocios “significativos” con personas vinculadas a las agencias rusas de defensa e Inteligencia, siguiendo una lista negra publicada por Estados Unidos en octubre. Pero el gobierno concluyó que no necesitaba castigar a nadie a pesar de que varios países están cerrando acuerdo armamentísticos con Rusia valorados en miles de millones de dólares.
Miembros del Departamento de Estado dijeron que la amenaza de sanciones ha sido suficiente disuasión y que “no es necesario imponer sanciones contra entidades o personas concretas”.
Eliot Engel, el demócrata de mayor jerarquía en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, condenó la decisión de no castigar a nadie y rechazó las afirmaciones del Departamento de Estado.
“¿Cómo disuades un ataque que ocurrió hace dos años, y otro que ya está en marcha?”, dijo Engel. “Simplemente no tiene sentido”.
Fuente: Associated Press