El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, Pence envió una clara advertencia a Corea del Norte al afirmar que «la era de la paciencia estratégica se acabó».
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, amenazó hoy a Pyongyang con hacer uso de la «determinación» exhibida por el Gobierno de Donald Trump en los recientes ataques en Siria y Afganistán, y señaló que Washington no tolerará nuevos test de misiles norcoreanos.
El número dos de la Casa Blanca envió este contundente mensaje al régimen de Kim Jong-un durante su visita a Seúl, en plena escalada de la tensión por las reiteradas pruebas armamentísticas del lado norcoreano y el despliegue de un portaaviones nuclear en aguas próximas a la península de Corea como respuesta de Washington.
«En las últimas dos semanas el mundo contempló la fuerza y la determinación de nuestro nuevo presidente con las acciones emprendidas en Siria y Afganistán. Corea del Norte haría bien en no poner a prueba su determinación o el poder del Ejército de EEUU», destacó en rueda de prensa Pence.
«Derrotaremos cualquier tipo de ataque, y haremos frente a cualquier provocación nuclear o de misiles con una respuesta apabullante», dijo Pence tras reunirse hoy en Seúl con el presidente en funciones surcoreano, Hwang Kyo-anh, con quien compareció ante los medios sin aceptar preguntas de los periodistas.
Las declaraciones de Pence se produjeron durante la visita que realizara este lunes a la franja desmilitarizada que separa a Corea del Norte y Corea del Sur.
De acuerdo al reporte de la Voz de América aludió al cuarto de siglo transcurrido desde la primera vez que Washington se enfrentó a Corea del Norte por sus intentos de construir armas nucleares,
«El presidente Trump ha dejado claro que la paciencia de Estados Unidos y nuestros aliados en esta región se ha agotado y queremos ver cambios. Queremos ver como Corea del Norte abandona su imprudente camino en el desarrollo de armas nucleares. El uso continuo y las pruebas de misiles balísticos es inaceptable», dijo el vicepresidente.
Más tarde, Pence en un comunicado conjunto con el presidente interino de Corea del Sur, Hwang Kyo-ahn dijo que el compromiso de Washington con su aliado es «férreo e inmutable».
Reiteró que «todas las opciones están sobre la mesa» para abordar la amenaza y apuntó que el uso de cualquier arma nuclear por Pyongyang recibirá «una abrumadora y efectiva respuesta». Pence subrayó que la prioridad estadounidense es encontrar una solución «pacífica» a la situación.
Pleno apoyo a Corea del Sur
La Zona Desmilitarizada es una franja de territorio minado de cuatro kilómetros de ancho y con barreras de alambre de púas que se extiende través de la península coreana, con soldados en ambos lados de la frontera.
La visita no anunciada a ese lugar al inicio de su gira de 10 días por Asia, fue una demostración de fuerza de Estados Unidos.
Estados Unidos, sus aliados y China están debatiendo una serie de respuestas posibles tras el último ensayo fallido del misil balístico por parte de Corea del Norte, dijo el domingo el asesor de Seguridad Nacional del presidente Trump, al tiempo que informó que hay un consenso internacional para actuar.
Un día después del lanzamiento fallido de un misil norcoreano, Pence dijo a los reporteros que el presidente Donald Trump espera que China emplee los «extraordinarios» mecanismos de presión a su alcance para hacer que Corea del Norte abandone su programa armamentístico.
Sin embargo, el número dos de la Casa Blanca expresó su «preocupación por las represalias de China contra Corea del Sur» por el despliegue en territorio surcoreano del controvertido escudo antimisiles THAAD, e insistió en que Seúl y Washington «seguirán adelante» con este sistema «de autodefensa y disuasión».
El THAAD es visto por Pekín como una amenaza para su seguridad y su instalación prevista para este año obstaculiza un mayor acercamiento entre las dos primeras potencias mundiales, además de generar roces entre Corea del Sur y China.
Corea del Norte muestra su músculo noclear
La gira asiática de Pence, que continuará mañana en Japón y posteriormente en otros dos países, se produce al tiempo que Corea del Norte ha elevado el tono de su retórica belicista y ha vuelto a exhibir musculatura militar con motivo de la celebración del 105 aniversario del fundador del país Kim Il-sung.
El sábado, el Ejército norcoreano hizo desfilar un tipo de proyectil nunca antes mostrado en público y que podría ser un nuevo misil balístico intercontinental (ICBM) con capacidad de alcanzar territorio estadounidense.
El domingo, sólo unas horas antes de que el Air Force Two de Pence aterrizara en Corea del Sur, Pyongyang probó otro misil balístico que aparentemente estalló poco después de ser disparado.
Está por ver si el régimen de Kim Jong-un decide traspasar las líneas rojas marcadas por Estados Unidos y se atreve a realizar una nueva prueba atómica a corto plazo, una posibilidad apuntada por expertos a raíz de fotos recientes de la base nuclear norcoreana que mostrarían preparativos avanzados para un nuevo test de este tipo.
El vicepresidente expresó su impaciencia ante la poca disposición de Pyongyang para deshacerse de sus armas nucleares y misiles balísticos.
El asesor de Seguridad Nacional H.R. McMaster indicó que Trump no está considerando una acción militar por ahora, pese a que un portaaviones estadounidense se dirige a la región.
Fuente: Miamidiario.com