El gobierno de Estados Unidos actualizó este lunes 12 de mayo su alerta de viaje para Venezuela al Nivel 4, la categoría más alta, instando a los ciudadanos estadounidenses a no viajar al país sudamericano y a aquellos que ya se encuentran allí a abandonarlo «de inmediato» debido a múltiples y graves riesgos.
La advertencia del Departamento de Estado, que reitera una postura vigente desde 2019 cuando Washington rompió relaciones diplomáticas con el régimen de Nicolás Maduro, subraya el «peligro extremo» que enfrentan los estadounidenses. Entre los principales motivos citados se encuentran el «alto riesgo de detención injusta, tortura, terrorismo, secuestro, aplicación arbitraria de las leyes locales, delincuencia, disturbios civiles y deficiente infraestructura sanitaria».
Esta actualización se produce en un contexto de tensiones continuas y casi una semana después de que, según reportes de Diario Las Américas atribuidos a una «precisa operación» informada por fuentes oficiales estadounidenses, se lograra el rescate de varios colaboradores de la líder opositora María Corina Machado que se encontraban refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas. El Departamento de Estado también recuerda que hay al menos siete ciudadanos estadounidenses considerados presos políticos en Venezuela.
«El Departamento de Estado ha determinado que hay un riesgo grande de que los estadounidenses sufran detenciones injustas en Venezuela», señala el comunicado oficial, añadiendo que, por lo general, el gobierno de EEUU no es notificado de estas detenciones ni se le permite visitar a los afectados, quienes a menudo no pueden contactar a sus familiares ni acceder a representación legal. Organizaciones de derechos humanos y exdetenidos han denunciado el uso de tortura y tratos crueles, incluyendo «palizas severas, inmovilización prolongada en posturas de estrés y ahogamiento simulado», según la alerta.
Debido a que Estados Unidos retiró a todo su personal diplomático de Caracas en marzo de 2019 y suspendió las operaciones consulares, el gobierno enfatiza que no puede brindar servicios de emergencia ni asistencia a sus ciudadanos en Venezuela. Por ello, la recomendación es contundente: «Cualquier persona con ciudadanía estadounidense o cualquier otro estatus de residencia estadounidense en Venezuela debe abandonar el país de inmediato… No viaje a Venezuela por ningún motivo».
Para aquellos que, a pesar de la advertencia, decidan viajar o permanecer en el país, el Departamento de Estado sugiere medidas extremas como preparar un testamento, designar beneficiarios de seguros, establecer un poder notarial y desarrollar un plan de comunicación con familiares que incluya un protocolo de «prueba de vida» en caso de secuestro o detención.
Respuesta del Régimen Venezolano
El gobierno de Nicolás Maduro rechazó «de forma categórica» la actualización de la alerta de viaje. A través de un comunicado de su Cancillería, calificó la medida como «un acto hostil cargado de cinismo, racismo y propaganda política», destinado a «alimentar la campaña de agresión permanente» contra Venezuela.
El comunicado venezolano, citado por CNN en Español, añade que «mientras se intenta desacreditar a Venezuela con acusaciones infundadas, es el Gobierno estadounidense quien secuestra, encarcela y desaparece a migrantes, incluidos niños», argumentando que Estados Unidos «carece de autoridad moral para hablar de derechos humanos». Esto se da en un contexto donde, a pesar de la falta de relaciones formales, ambos países mantienen un acuerdo de deportaciones.