El economista e investigador Dr. Rafael Marrero alertó en el programa Cada Tarde sobre una grave infiltración de operativos del Partido Comunista Chino (PCCh) en instituciones académicas de élite en Estados Unidos, como Stanford, Harvard y Johns Hopkins. “El corazón de la innovación estadounidense está siendo penetrado por la inteligencia china”, afirmó Marrero.
Un informe reciente reveló que estudiantes y profesores chinos estarían compartiendo información confidencial con el régimen comunista, ya sea de manera voluntaria o bajo coerción, en algunos casos, mediante amenazas a sus familias en China. Marrero destacó la preocupación por los cerca de 1,300 estudiantes chinos en Stanford, muchos de ellos hijos de la clase dirigente del PCCh. “Estas universidades son el blanco perfecto para que China robe propiedad intelectual y tecnologías sensibles”, señalaron fuentes cercanas a la investigación.
Uno de los casos más alarmantes es el de Charles Shen, un supuesto agente del PCCh que contactaba a estudiantes en EE.UU. a través de WeChat, ofreciéndoles viajes cortos a China para evitar levantar sospechas. Una estudiante, identificada como “Ana”, fue clave al alertar a las autoridades tras notar comportamientos sospechosos.
Según Marrero, este modus operandi sigue el patrón clásico del reclutamiento de inteligencia, conocido como MICE: Money (dinero), Ideology (ideología), Coercion (coacción) y Ego. El objetivo es comprometer jóvenes talentos para que, una vez integrados en sectores claves del país —militar, industrial o político—, sirvan a los intereses del régimen comunista.
Este no es un caso aislado, aseguró el entrevistado, mencionando también la infiltración de un asesor de alto nivel de la Reserva Federal, quien fue manipulado mientras daba conferencias en China, proporcionando información sensible sobre políticas económicas de EE.UU.
Marrero enfatizó que la preocupación no es «anti-China», sino «anti-régimen comunista». “El aparato de inteligencia del PCCh está operando con impunidad, comprometiendo desde jóvenes estudiantes hasta altos funcionarios. Esta es una amenaza real a la seguridad nacional de Estados Unidos”, concluyó.