La Casa Blanca anunció este martes el fin del plan conocido como DACA, promulgado por Barack Obama y que ha protegido de la deportación a 800.000 indocumentados, aunque la suspensión se hará efectiva dentro de seis meses para forzar al Congreso a encontrar una alternativa.
«Estoy aquí para anunciar que el programa DACA promulgado por la Administración de Obama va a ser rescindido», anunció en una rueda de prensa el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, uno de los miembros del Ejecutivo con posiciones más duras en inmigración.
Sessions resaltó que el programa fue instaurado por el gobierno de Barack Obama «unilateralmente, desatando controversia, luego del rechazo del Congreso», y calificó la iniciativa como «una amnistía con terribles consecuencias humanitarias» y una «forma de rodear las leyes migratorias». También, apuntó que la entrada de inmigrantes «restó puestos de trabajo a los estadounidenses».
El DACA fue creado por el expresidente demócrata Barack Obama luego de que el Congreso no logró aprobar una ley que habría concedido una vía a la ciudadanía estadounidense a jóvenes indocumentados.
El programa protege de la deportación a unos 800.000 jóvenes, a menudo llamados «dreamers», y les permite trabajar en Estados Unidos. El grupo representa una pequeña fracción de los 11 millones de inmigrantes ilegales que se calcula que actualmente viven en Estados Unidos.
«¡Congreso, estén listos para hacer su trabajo: DACA!», dijo el presidente republicano en su cuenta de Twitter horas antes del anuncio.
Trump, que asumió en enero pasado determinado a cumplir sus promesas electorales de combate a toda inmigración ilegal, había dicho que trataría a los «Dreamers» con un «gran corazón».
En ese sentido, Sessions señaló: «Lo compasivo es acabar con esta anarquía, implementar nuestras leyes y, si el Congreso elige hacer cambios en nuestras leyes, hacer eso a través del proceso establecido. Creemos que este es el camino responsable».
Para acogerse al DACA, era necesario cumplir varias condiciones: haber llegado a Estados Unidos con menos de 16 años de edad; tener 15 años como mínimo y 31 como máximo al 15 de junio de 2012; haber vivido en Estados Unidos de manera ininterrumpida desde 2007; tener estudios secundarios o haber servido en filas militares; y no tener antecedentes penales.
Los ‘Dreamers’ además debían entregar al Estado todos sus datos personales. Muchos beneficiarios temen que, si es finalmente derogado, las autoridades migratorias usen esa información para localizarlos y deportarlos fácilmente.
Fuente: Infobae.com