Cada 23 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Tortuga, para crear conciencia sobre la necesidad de defender los hábitats de uno de los reptiles con más antigüedad en nuestro mundo, pero especialmente amenazado por las actividades humanas.
Este día es un evento organizado y patrocinado por la American Tortoise Rescue con el principal objetivo de concienciar a la población mundial y mejorar el respeto y el hábitat de las tortugas así como de la aplicación de medidas para frenar la extinción de este tipo de animales.
En Florida, la fecha corre durante el mismo mes en el que se inicia el período de desove de tortugas marinas, sobre todo en el noroeste de la entidad, una etapa en la que los conservacionistas hacen sus votos porque se mantenga la creciente tendencia de años anteriores.
Según señaló a Efe Carli Segelson, portavoz de la Comisión para la Pesca y Vida Salvaje (FWC) de Florida, «en años recientes el estado ha tenido positivas tendencias de anidación con tres especies de tortugas marinas», como son las tortugas verdes, bobas y laúd.
En los próximos meses, las playas de los condados Franklin, Gulf, Bay, Walton, Okaloosa, Santa Rosa y Escambia empezarán a sentir la llegada de las tortugas bobas (cuya denominación científica es Caretta caretta), un género que estuvo a punto de desaparecer y que en la actualidad figura en la lista federal de especies amenazadas.
Gracias a los esfuerzos de protección desplegados por las autoridades estatales, su número se ha visto incrementado y en el 2015 se documentaron 1.499 nidos de este tipo de tortuga en los mencionados siete condados del noroeste del estado, en la zona del Panhandle.
En las playas de estos condados suelen anidar también las tortugas bobas y las tortugas verdes, aunque en menor número, según datos de la FWC, que como en años anteriores marcará con cintas amarillas los nidos encontrados en las orillas de las playas para protegerlos.
En la costa atlántica de Florida, la temporada de desove de tortugas marinas se extiende de marzo a octubre, siendo la verde la especie que más tarde hace sus nidos en Florida.
Amenazas. Las personas son las principales amenazas para las tortugas en su temporada de anidación. Por eso, deben mantenerse alejadas de los nidos. Las leyes federales y estatales prohíben tomar fotos con flash a las tortugas y sus nidos, porque las luces pueden confundir a los animales.
A mediados de mes, se conoció también sobre un terrible caso: Una planta nuclear del oeste de Florida, en Estados Unidos, es responsable por los daños a 4.000 tortugas marinas que durante una década fueron succionadas por tres conductos que operan en el condado de St. Lucie.
La planta nuclear le pertenece a la compañía eléctrica Florida Power & Light (FPL), la mayor de la región, y se espera que la instalación de unas rejillas especiales en los conductos eviten la absorción de tortugas.
Esta sería la primera iniciativa que la compañía implementa desde que la planta de energía nuclear comenzara a operar hace 40 años, para frenar la amenaza que suponen estas tuberías para las tortugas marinas, además de otras especies.
El diario digital TCPalm realizó una investigación donde se reveló que más de 4.100 tortugas, de las que la mayoría solo sufrieron heridas leves, fueron absorbidas por los conductos de la central nuclear que recorren un cuarto de milla desde las aguas marinas hasta un canal cercano a una carretera.
Por otra parte, un riesgo tanto para las tortugas, como para otras especies acuáticas son las anillas que unen los packs de latas. La mayor parte de los anillos de plástico que se utilizan para mantener unidas las latas de cerveza o de refrescos acaban en el mar donde cada año miles de animales quedan atrapados en ellos provocándoles, malformaciones, mutilaciones, invalidez, asfixia y la muerte.
Para hacer frente a este problema, la pequeña casa de cervezas artesanas de Florida Saltwater Brewery propone a la industria de las anillas de plástico una versión biodegradable fabricada con los excedentes de centeno y trigo de su producción.
El nuevo material es 100% comestible porque está fabricado con los residuos de trigo y cebaba. El objetivo de la empresa es asegurarse de que si termina en el mar, como suele ocurrir, por lo menos alimente a la fauna local y se desintegre sin causar daños irreparables en el ecosistema natural.
Fuente: Miamidiario.com