“Antes de ayer a las 6 de la tarde me comunicaron que me iban a poner en libertad. Yo pienso que tiene mucho que ver con la visita del Papa a la Isla, el tirano está tratando de hacerse el bueno y fundamentalmente tiene mucho que ver con los medios de comunicación. La tiranía le tiene pánico a los medios de comunicación, a partir de que algo se pone en los medios la cosa empieza a cambiar. Yo estando dentro de la cárcel lo podía notar que algo estaba pasando porque el trato comienza a ser diferente”.
“Mi esposa llamó a los medios de comunicación, a partir de que algo se sabe en el mundo él cambia su forma de actuar. Pero referente al Papa, yo no he tenido tiempo de sentarme a ver, yo llegué ayer a las 4 de la tarde, no pude sentarme a ver los que dijo el Papa, pero supongo que habrá dicho lo mismo que Juan Pablo II. No tengo la menor idea de cómo se puede ir a darle la mano a un tirano como ese”.
“Dentro de la cárcel no saben que el Papa llega. Allí no se habla del tema. El infierno es hermético, allí no se sabe que el Papa viene, todo el mundo sorprendido, cómo que viene el Papa, cuando el Papa está en Santiago de Cuba la gente todavía no sabe ni siquiera que el Papa viene. Allí no se sabe nada, como no se sabe de las Damas de Blanco, no se sabe de Oscar Elías Biscet, no se sabe de nadie, allí no hay información alguna, aquello está bloqueado. El pueblo no sabe nada”.
“Cuando estás en la calle estás dentro de una cárcel, en una cárcel pequeña es el doble de infierno. El pueblo de Cuba no tiene información de nada, ese es el asunto que no hay información alguna”.
“Se aparecieron tres oficiales de inmigración y me dijeron que como eran tan buenos me iban a liberar, para darme un chance, era un gran favor que me iban a hacer y mi exclamación en ese momento fue: -Gracias a Dios. Y uno de ellos me dijo: -Gracias a Dios no, gracias al Ministerio del Interior y a la Seguridad del Estado, que es mucho más importante que Dios. Esa fue toda la explicación, sencillamente me levanté y me fui. Me llevaron otra vez para la celda hasta el otro día que me dijeron que me recogían a las 6 de la mañana. No pude despedirme de nadie, directo al aeropuerto”.