
Los candidatos a la gobernación de Florida: el republicano Ron DeSantis (izq.), y el demócrata Andrew Gillun. CAPTURA DE VIDEO / Foto DLA
“Mentiroso”, “deshonesto” y “corrupto” fueron algunos de los calificativos que se lanzaron, en 45 minutos de debate, los candidatos a la gobernación de Florida, el demócrata Andrew Gillum y el republicano Ron DeSantis.
En este segundo encuentro, que se realizó en el Broward College, en la ciudad de Davie, el punto con el que arrancó la discusión fue el tono de polarización política que, como lo dijo el moderador Todd McDermott, “se ha pasado de la raya”.
DeSantis recordó que estaba a pocos metros cuando alguien que odiaba a los republicanos le disparó al congresista republicano Steve Scalice. “Primero hay que tener toda la información antes de sacar alguna conclusión apresurada”, dijo el candidato republicano en referencia a los paquetes bomba enviados a varios líderes demócratas y al canal CNN.
Al respecto, Gillum recordó que una expresión de DeSantis –monkey this up– fue racista y sirvió para que, de acuerdo con el alcalde de Tallahassee, los neonazis hicieran llamadas automáticas, utilizaran ruidos de monos y “atacaran mi carácter”.
DeSantis insistió en que Gillum no había descalificado a un grupo llamado “dream defender”, que “ataca a las autoridades, afirma que Estados Unidos ha sido el país que ha cometido las mayores arbitrariedades en el planeta y condena al estado de Israel”.
Enfrentamiento
Gillum insistió en que recibió los boletos para asistir a la obra Hamilton de su hermano Marcus. Reconoció que “he debido preguntar más y me responsabilizo por eso”. Volvió a dejar en claro que ni él ni la cuidad de Tallahasse son objeto de investigación del FBI.
Pero este martes se supo, por evidencia dada a la Comisión de Ética de la Florida por parte del abogado del cabildero Adam Corey (involucrado en la investigación de corrupción del FBI en Tallahassee y ex amigo de Gillum) que un agente encubierto del FBI, que posaba como constructor interesado en ciertos terrenos que requerían rezonificación en la Comisión municipal de Tallahassee, fue el que obtuvo las entradas para la obra Hamilton.
“Florida tiene 99 problemas y Hamilton no es uno de ellos”, indicó Gillum y con esa frase no sólo trató de restarle importancia al escándalo sino le sirvió de introducción para contraatacar.
Cuestionó por qué DeSantis no revelaba los recibos de gastos por un valor de 145.000 dólares, “de recursos de los contribuyentes, que utilizó como congresistas para hacer campaña política y presentarse en el canal de televisión FOX”
Ciudades santuario y racismo
En salud y educación los dos candidatos se lanzaron duros ataques.
Gillum acusó a DeSantis de recibir 200.000 dólares en contribuciones de la secretaria de educación Betty DeVos, “el señor DeSantis, como la secretaria, busca acabar con el sistema público de educación”.
DeSantis dejó en claro que lo que buscaba era dejar en manos de los padres de familia la decisión de donde educar a sus hijos. “Todo lo que quiero son resultados para los padres y maestros no para las burocracias”.
Enfatizó en que como gobernador le pediría cuentas tanto a los colegios públicos como a los charter, los cuales “tendrían que comprar un seguro para tener una garantía si en el primer año no funcionan”, explicó.
Sobre salud pública, el candidato republicano se comprometió a firmar cualquier ley que garantizara las preexistencias médicas. Pero su oponente demócrata le recordó que él, cuando estaba en el Congreso, “votó decenas de veces para derogar la ley de salud asequible y también permitió que las empresas aseguradoras pudieran discriminar por preexistencias médicas”, recordó Gillum.
Un momento de tensión para DeSantis fue cuando el moderador citó frases textuales de David Horowitz, un polémico conservador, quien ha organizado reuniones a las que ha asistido DeSantis y en las que Horowitz ha lanzado conceptos racistas.
“Yo no tengo por qué conocer cada declaración que hace una persona”, indicó visiblemente molesto DeSantis, quien se refirió a que cuando fue soldado en Irak todos luchaban por Estados Unidos sin tener en cuenta el color de la piel. También citó la época en la que fue fiscal federal, en la que defendió a las personas de todas las razas y credos.
Cuando le tocó el turno a Gillum para reaccionar ante las palabras de DeSantis, el alcalde de Tallahassee recalcó que a su oponente “ha recibido ayuda de neonazis, ha intervenido en conferencias racistas y aceptado contribuciones – que no ha devuelto- de alguien que se ha referido ha un expresidente de Estados Unidos como un nigger musulmán. Yo no calificaría de racista al señor DeSantis, pero los racistas que lo apoyan sí creen que lo es”.
En el tema migratorio, DeSantis reconoció que en Florida no hay “ciudades santuario”, pero aclaró que si Gillum es gobernador las habría y él no colaboraría con ICE (la policia de inmigración).
Gillum propuso acabar con esa agencia y dejar las tareas de policía de inmigración al Departamento de Justicia.
DeSantis reiteró que si el candidato democrata llega a la mansión del gobernador en Tallahassee, no deportaría a un criminal acusado de abuso sexual contra un menor de edad.
“El señor de Santis no dice la verdad ni sobre su trayectoria ni sobre la mía. Y eso lo descalifica para ser gobernador”, reaccionó Gillum.
En cuanto a las armas de fuego, el candidato republicano dijo que su primera preocupación sería manejar la seguridad en las escuelas. “En Parkland hubo un fracaso de múltiples departamentos”.
Enfatizó en que Gillum quería confiscar todas las armas de fuego. “Él no va a proteger el derecho (de tener armas de fuego). Él está en contra de la Segunda Enmienda”.
El candidato democrata recalcó que su adversario recibe contribuciones de la Asociación Nacional del Rifle. “Creo en soluciones decentes y de sentido común, sin tener que maltratar la Segunda Enmienda”.
Fuente: Diario Las Americas