«Si abandonamos, nuestros vecinos irán a las reuniones y tomarán decisiones que nos afectan profundamente a nosotros, a nuestro país, a nuestros trabajos, pero no estaremos ahí», remarcó David Cameron en su último discurso a favor del Remain (permanecer) horas antes del referendo, a las puertas del 10th Downing Street, la sede del gobierno.
El primer ministro fue contundente en sus palabras y sostuvo la necesidad de que Reino Unido vote por la permanencia en la Unión Europea con una idea categórica: «Tomarán decisiones por nosotros, pero sin nosotros». El centro del discurso utilizado por Cameron no fue la necesidad de formar parte del bloque regional por el bien del continente, sino que apeló al sentimiento nacional de los británicos al explicar que, si abandonan la UE, perderán protagonismo en la decisión de su propio país.
«Los británicos no renunciamos», afirmó Cameron, «nos comprometemos, lideramos, marcamos la diferencia, hacemos las cosas». Entre sus palabras, utilizó la autocrítica hacia su gestión y pidió que, en este momento de decisión, los ciudadanos se mantengan unidos, ya que el resultado será «irreversible» y afectará al bien común.
La brecha generacional entre los votantes en el referéndum marcó dos líneas bien diferenciadas acerca de la elección de este jueves 23 de junio. El primer ministro llamó a los votantes de mayor edad, en su mayoría euroescépticos y partidarios de abandonar la UE, a reflexionar sobre el futuro: «Serán ustedes solos quienes estén ante la urna, tomando una decisión sobre su futuro y el de sus hijos y nietos», expresó Cameron.
«Comprendo y veo sus frustraciones, las siento yo mismo. Por eso hemos renegociado y fortalecido nuestro estatus especial dentro de la UE», dijo el político y afirmó que «ningún primer ministro vivo» duda de que «el Reino Unido está mejor dentro de la Unión Europea que por sus propios medios».