El padre Alberto Reyes, sacerdote cubano y conocido por su postura crítica, aseguró en una entrevista concedida tiempo atrás con Yoly Cuello en Actualidad Radio que “Cuba es un país atascado”, donde la vida diaria, según su análisis de entonces, se había convertido en una lucha constante por la supervivencia. Aunque señaló que los gobernantes “pueden tener medios y vivir con facilidades”, también, a su juicio, “viven bajo una tensión y alarma continua”.
Reyes expresó en aquella ocasión que había llegado el momento de un cambio profundo que abriera las puertas a un presente y un futuro digno para los cubanos. “Lo más honesto sería que [el gobierno] dijera: ‘yo no puedo con esto’. Porque el país no puede reflotarse sin un esfuerzo conjunto. Para eso tiene que haber libertad, y esa libertad no está”, afirmó.
El sacerdote subrayó que “no se puede someter la verdad a la política”, y con firmeza concluyó en ese momento: “Mi pueblo pasa hambre, la gente está sufriendo”.
Sus declaraciones, cargadas de sinceridad y preocupación, reflejaron en su momento el clamor que muchos describían como creciente dentro y fuera de la isla por una transformación que devuelva la esperanza al pueblo cubano.