«En la Cuba de hoy hay dos países: uno que mastica desesperación y otro que postea desde la opulencia». Así lo describe el investigador Rolando Cartaya, al denunciar la profunda desigualdad que asfixia a la isla.
Según el analista de la Fundación para los Derechos Humanos de Cuba, mientras miles de familias sobreviven con una sola comida al día y enfrentan apagones de hasta 40 horas, los «nuevos influencers» del régimen publican desde mansiones con clínicas privadas y ropa de diseñador.
Cartaya detalló que estos herederos del poder viven en repartos exclusivos como Siboney, donde abundan los paneles solares y los alimentos, y donde los apagones no existen.
Mientras tanto, la reacción ciudadana ha crecido. El investigador señaló que en julio hubo más de 200 protestas, con manifestantes bloqueando calles o enfrentando penas de cárcel por tocar calderos pidiendo «corriente».
“Es un sistema draconiano para castigar, pero la gente está aún más contestataria”, concluyó Cartaya.