El número oficial de presos políticos en la isla ha alcanzado un máximo histórico, pero la realidad podría ser aún más grave. “1192 es una cifra conservadora. No refleja toda la magnitud real de la represión política en Cuba”.
“Hay decenas de presos políticos que no están localizados. Muchas familias tienen miedo de hablar. Eso significa que hay casos que nunca llegan a las listas”, así lo asegura Javier Larrondo, presidente de Prisoners Defenders
El más reciente informe de la organización confirma un punto de quiebre.
“Este mes se han añadido 19 nuevos presos políticos. Es el récord más alto de las últimas décadas”.
La cifra incluye distintas formas de castigo estatal.
“Contabilizamos también a quienes están bajo prisión domiciliaria o sometidos a trabajos forzados. Son rehenes del régimen”.
Las protestas del 11 de julio de 2021 continúan siendo una herida abierta.
“Más de 700 personas de las protestas del 11J forman parte de la lista. Más de 400 siguen en prisión”.
Según Larrondo, el castigo ha sido sistemático.
“El régimen ha usado el sistema penal como una herramienta de terror para desactivar cualquier disidencia”.
Menores y artistas: la represión sin límites
El informe también documenta perfiles especialmente protegidos por el derecho internacional: “Hay menores de edad en prisión por motivos políticos”.
Y añade: “Muchos artistas encarcelados han sido reconocidos por Naciones Unidas como presos de conciencia”.
Para el presidente de Prisoners Defenders, el tiempo se agota.
“Cuba está al borde de una implosión social.”
Y lanza una advertencia clara.
“Es ahora o nunca. Si la comunidad internacional no reacciona, será cómplice de lo que ocurra.”