Cuba atraviesa una doble emergencia, marcada por la tormenta tropical Óscar y una grave crisis energética que ha dejado a gran parte de la población sin electricidad durante días. El panorama es sombrío: calles a oscuras, manifestaciones de descontento y lluvias intensas que han persistido por días.
Regresa la luz a La Habana
Los habaneros han experimentado cierto alivio, ya que gran parte de la provincia ha recuperado el servicio eléctrico tras la sincronización de las centrales termoeléctricas Antonio Guiteras y Máximo Gómez.
Actualmente, se están generando alrededor de 120 MW en el occidente del país, pero las autoridades advirtieron que no se puede aumentar la carga, ya que podría poner en riesgo la estabilidad del sistema, que aún es pequeño e inestable.
Asimismo, se espera incorporar la central de Felton para restablecer el servicio en la zona oriental del país, donde sigue gravemente afectado.
Óscar deja 6 muertos
La tormenta tropical Óscar se ha retirado de territorio cubano tras su paso por la región oriental, dejando un saldo preliminar de seis fallecidos en los municipios de Imías y San Antonio del Sur, en Guantánamo.
Mientras tanto, las fuerzas militares han sido desplegadas en labores de rescate en esas zonas, algunas de las cuales siguen siendo inaccesibles.
El colapso del sistema eléctrico: un golpe a la vida cotidiana
Desde el viernes pasado, Cuba enfrenta una de las peores crisis energéticas en años. El sistema eléctrico nacional colapsó, sumiendo a la isla en apagones que han afectado tanto a hogares como a servicios esenciales. A pesar de los esfuerzos del gobierno por mantener operativos los hospitales y el suministro de agua, muchas áreas urbanas permanecen a oscuras, exacerbando la frustración de la población.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, apareció en televisión el domingo, vistiendo uniforme militar, pidiendo a la ciudadanía mantener la calma y la disciplina. Sin embargo, sus declaraciones no han sido suficientes para contener el creciente malestar. «Lo único que contrasta es lo indecente», comentó Díaz-Canel, refiriéndose a las manifestaciones que han surgido en barrios como Centro Habana y Santo Suárez, donde los vecinos han salido a las calles a protestar, golpeando cacerolas.
El gobierno ha suspendido las clases y las actividades no esenciales hasta el jueves, mientras trabaja para estabilizar el sistema eléctrico. Aunque algunos servicios, como el bombeo de agua, han sido priorizados, la mayoría de los cubanos sigue enfrentando largas horas sin luz, lo que agrava aún más las dificultades cotidianas.
La tormenta tropical Óscar: otro obstáculo en medio del caos
Como si la crisis energética no fuera suficiente, la tormenta tropical Óscar llegó a la isla el domingo por la tarde. El ciclón, que originalmente fue un huracán de categoría 1 antes de debilitarse, tocó tierra cerca de Baracoa, en el este de Cuba. Aunque ha perdido parte de su fuerza, la tormenta ha traído fuertes lluvias, marejadas e inundaciones en áreas costeras y bajas, aumentando la vulnerabilidad de una isla ya golpeada por la crisis.
El impacto de Óscar, aunque no tan devastador como el de otros huracanes, ha puesto a prueba la resiliencia de los cubanos, quienes están acostumbrados a lidiar con adversidades climáticas y económicas. «Poner buena cara al mal tiempo» es una expresión que muchos en la isla han utilizado para describir cómo enfrentan la situación.
Sin embargo, la situación sigue siendo preocupante. Manuel Cuesta Morúa, un destacado disidente cubano, expresó que «la combinación de la crisis energética y el ciclón es una prueba difícil para el pueblo cubano. La gente está agotada y la incertidumbre sobre cuándo volverá la normalidad solo aumenta la desesperación».
Un futuro incierto: la infraestructura energética bajo amenaza
El camino pronosticado de la tormenta Óscar pasa cerca de varias plantas generadoras de energía, lo que ha generado preocupaciones sobre su impacto en la frágil infraestructura del país. El gobierno ha reconocido que la tormenta podría retrasar la restauración total del suministro eléctrico, prolongando aún más la agonía de los ciudadanos que dependen de fuentes alternativas como velas, linternas y generadores de emergencia.
Omar Everleny, economista cubano, señaló: «La crisis actual es el resultado de una suma de factores que llevan años deteriorando el sistema energético. No es solo una cuestión de apagones, sino una señal de una crisis estructural mucho más profunda».
El gobierno intenta mantener el control de la situación, pero el malestar popular sigue en aumento. Las protestas espontáneas, como los cacerolazos, han sido reprimidas en varios puntos de La Habana, aunque el descontento persiste.
El impacto a largo plazo: una crisis más allá de la electricidad
Además de la falta de electricidad, la crisis energética ha paralizado otros aspectos esenciales de la vida en Cuba. Los apagones han afectado la ya frágil economía, ralentizando la producción industrial y agrícola, lo que podría generar una escasez de alimentos y otros bienes. Las comunicaciones también se han visto interrumpidas, ya que muchos cubanos no han podido cargar sus dispositivos móviles ni conectarse a Internet, lo que los deja aún más aislados en medio de la crisis.
Con la tormenta Óscar fuera de Cuba, las autoridades y la población se preparan para lo que podría ser una larga recuperación. Los expertos advierten que la reconstrucción del sistema energético y el regreso a la normalidad podrían tardar más de lo esperado, lo que genera gran preocupación sobre el futuro inmediato del país.
Fuente: Telemundo51