La confianza en que el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla FARC firmarán el acuerdo de paz que negocian en Cuba desde 2012 ha crecido en los últimos meses en Colombia y se sitúa en 57%, según un sondeo divulgado este lunes.
Entre mayo y julio, los colombianos que confían en que se firme la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) pasaron de 39% a 57%, según la encuesta Pulso País, elaborada por la firma Datexco para el diario El Tiempo y W Radio.
En este tiempo, los diálogos de paz que buscan poner fin a más de medio siglo de conflicto armado han mostrado avances clave que pudieron influir en la percepción ciudadana: se llegó a un acuerdo sobre el cese al fuego y la dejación de las armas por los rebeldes, que se concretará una vez firmada la paz, y la justicia dio vía libre a la realización de un plebiscito para que los colombianos validen lo pactado en La Habana.
Así, aumentó igualmente el porcentaje de personas que dicen estar de acuerdo con la forma en que Santos está “conduciendo el proceso de paz”: de 26% en mayo a 33% en julio.
La propia imagen favorable del presidente colombiano también mejoró (de 26% en mayo a 31% en julio), al igual que la percepción de que el país va “por buen camino”, que pasó de 23% a 38%.
En temas polémicos relativos a las FARC, como la posibilidad de que los altos mandos de esa guerrilla participen en política una vez firmada la paz, la resistencia sigue siendo alta y el apoyo alcanza solo 26%, aunque igual sube con respecto a mayo (18%).
Por otra parte, quienes consideran que el grupo rebelde tiene “intenciones legítimas” para llegar a un acuerdo de paz, pasaron de 25% a 34%.
Este sondeo, realizado vía telefónica a 900 personas en 23 ciudades del país y con un margen de error de 3,27%, viene a confirmar el aumento del optimismo con respecto a la firma de la paz con las FARC que también había sido señalado en una encuesta de la firma Gallup a comienzos de julio.
Colombia vive un conflicto que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, dejando un saldo de alrededor de 260,000 muertos, 45,000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.