WASHINGTON.- REINCE PRIEBUS*
Después de haber declarado su candidatura a la presidencia hace más de un mes, Hillary Clinton, ha pasado muy poco tiempo con “los estadounidenses comunes y corrientes” – las personas que ella afirma que está apoyando.
Ninguno de sus eventos de campaña han sido accesibles y abiertos al público. Esto es probablemente por la misma razón que ella evita a los periodistas: Ella no quiere rendir cuentas sobre su escándalo de correo electrónico, su trayectoria, o acerca de sus posiciones controversiales. (En el primer mes de su campaña, ella sólo respondió ocho preguntas de la prensa).
Se la ha pasado recaudando fondos a puertas cerradas y en eventos de campaña cuidadosamente coreografiados. Las personas participando en sus eventos de“mesa redonda” son vetados y pre-seleccionados por su campaña, y unos hasta fueron voluntarios en la campaña de Clinton u Obama. Su visita a la Florida hoy no será diferente.
Es curioso que Clinton siga evitando al público cuando necesita desesperadamente ganar la confianza de ese mismo público. Las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses no creen que ella es honesta o confiable. Más y más estadounidenses ven a los Clinton como lo que son: desconectados y distanciados de la clase media.