Una compañía farmacéutica francesa que creó una vacuna contra el virus del zika que se financió con millones de dólares en subvenciones de investigación provenientes de los contribuyentes americanos rechazó una solicitud que le hizo el Ejército de EEUU para que le fijara un precio asequible a la vacuna cuando estuviera lista para su venta.
Hasta el momento, Sanofi Pasteur ha recibido $43 millones en subvenciones de investigación del Departamento de Salud y Servicios Humanos, y el Ejército busca darle a la firma un contrato exclusivo para conservar la licencia y vender una vacuna que se basa en una tecnología que se descubrió gracias al dinero de los contribuyentes.
Científicos del Instituto de Investigación Walter Reed Army, que forma parte del Departamento de Defensa, comenzaron en noviembre las pruebas clínicas tras asociarse con Sanofi Pasteur.
Sin embargo, la intención del Ejército de otorgarle a Sanofi un contrato exclusivo ha irritado a algunos legisladores, entre ellos Bernie Sanders, ex candidato presidencial y senador de Vermont, quien argumenta que la compañía farmacéutica podría cobrar el precio que quiera por la vacuna.
Estas no son, sin embargo, las únicas pruebas clínicas del zika que se realizan. Como quiera que fue Miami el primer lugar en Estados Unidos continental donde se confirmó una epidemia de zika propagada por mosquitos el verano pasado, es también una de las tres ciudades donde funcionarios federales de salud anunciaron sus planes para llevar a cabo una segunda fase de exámenes clínicos con los que se probaría una vacuna experimental diferente para combatir el virus.
La vacuna fue elaborada por científicos del gobierno federal con la colaboración del Instituto Nacional de la Alergia y Enfermedades Infecciosas, que pertenece al Instituto Nacional de la Salud (NIH). En las pruebas se inscribirán por lo menos 2,490 participantes en áreas donde se ha confirmado resulta potencialmente activa la propagación del zika por los mosquitos. Entre estas áreas están Miami, Houston, Puerto Rico, Brasil, Perú, Costa Rica, Panamá y México.
En el sur de la Florida, las pruebas clínicas tendrán lugar en la Escuela de Medicina Miller, de la Universidad de Miami (UM), bajo la dirección de Margaret Fischl, doctora y científica de la UM y experta en enfermedades infecciosas, quien se encargará de llevar a cabo revisiones diarias de los datos que se recopilen.
El NIH estima que el estudio se terminará alrededor del 2019. Para más información sobre las pruebas clínicas en Miami, el interesado puede llamar al teléfono 305-243-3838.
Fuente: elNuevoHerald.com