“En principio a mí me gusta pensar que de veras no debemos de preocuparnos, sino que debemos de ocuparnos. Y debemos de ocuparnos a entender por qué este tema del potencial cierre del Estrecho de Ormuz podría afectarnos. Lo que ocurre con el Estrecho de Ormuz es que a través de allí pasa la gran mayoría del producto crudo y alguna cantidad, no mucha, de producto producido, y cuando digo producto crudo me refiero al petróleo extraído del yacimiento, puesto en un buque con un químico tal vez para hacerlo más liviano y en ese buque tanquero llevarlo a un lugar donde se pueda refinar, ya sea en Europa, Asia, o inclusive, potencialmente América, no obstante de que el petróleo es un producto fungible y tal vez no nos venga en ciertas ocasiones ese petróleo directamente de allá”.
“Entonces cómo nos ocupamos de esto y por qué esto nos causaría un poco de inquietud. En la perspectiva de cerrar el Estrecho de Ormuz que en mi opinión sería muy difícil y prácticamente imposible que el gobierno de Irán lo hiciese, pero sí podrían hacer es causar disrupciones y entretenimiento, en que personas podrían tristemente perder la vida. Cuando ellos hiciesen eso, la incertidumbre y el nerviosismo en ciertos mercados petrolíferos causaría que el precio del petróleo aumentase y cuando ese precio del petróleo aumenta, quiere decir que cuesta más conseguir el producto bruto, refinarlo y luego vender la gasolina y otros productos que nosotros los consumidores utilizamos”.