“Esto refleja la clase política colombiana. Una clase política que está marcada por una tendencia a buscar preferencias mediante reformas constitucionales. Una clase política que ni siquiera se toma el tiempo, desde el Congreso de la república para leer los puntos mas elementales de una reforma que no solamente cambiaba la Constitución sino las costumbres jurídicas del país”.
“En el caso de Simón Gaviria es mucho más grave porque era una reforma que cambiaba sustancialmente la Constitución de 1991, inspirada precisamente por su papá, el ex presidente de la república, César Gaviria”.
“Creo que aquí hubo mala intención, hubo omisiones, hubo también mal manejo político, por tratar de sacar adelante una reforma, se dejaron meter un gol, el gobierno y creo que es una derrota gigantesca para el presidente Santos quien hasta un minuto antes de la aprobación apostó todo su capital político por sacarlo adelante. Cuando se le vino esta protesta social ciudadana, se vio en la necesidad de, como se dice castizamente recular y echar para atrás todo mediante un acto de hecho porque no está claro si él está facultado constitucionalmente para echar atrás esa reforma constitucional”.