Tres pacientes adultos que presentaban dificultades biológicas para reparar sus huesos fracturados -patología conocida como seudoartrosis-, recuperaron totalmente la movilidad de sus miembros afectados gracias al implante de células madre mesenquimales provenientes de médula ósea, cultivadas en microesferas de colágeno e incorporadas a un coágulo de plasma rico en plaquetas.
Es la primera vez que se comprueba la efectividad de este novedoso método experimental para el tratamiento de fracturas no consolidadas en seres humanos, informó la autora del estudio Olga Wittig, inmunóloga adscrita a la Unidad de Terapia Celular (UTC) del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic).
Los resultados del estudio fueron publicados recientemente en la revista International Orthopaedics, de la Sociedad Internacional de Cirugía Ortopédica y Traumatología.
«Se ha demostrado que la supervivencia de las células madre disminuye considerablemente cuando son inyectadas de forma intravenosa, pues la mayoría queda atrapada a nivel pulmonar y no llega al sitio de la lesión. Con la metodología que hemos desarrollado estamos garantizando que sean colocadas donde se necesitan», indicó Wittig.
La técnica aplicada por el grupo de la UTC del Ivic se basa en acomodar las células madre mesenquimales sobre partículas microscópicas de colágeno e insertarlas en un coágulo de plasma rico en plaquetas. Estos compuestos en particular existen en el organismo de las personas y son indispensables para su óptimo funcionamiento.
Según la coautora del trabajo científico, Dylana Díaz-Solano, este aporte es novedoso porque «cambia la manera como llevamos las células madre: en una matriz tridimensional donde pueden actuar sin problemas, y el organismo vivo es así, de tres dimensiones», dijo la inmunóloga de la UTC del Ivic.
Dolorosa excepción
A pesar de ser una de las complicaciones más severas derivadas de fracturas, es poco lo que se sabe acerca de las causas que provocan la seudoartrosis. La razón de la no unión ha sido relacionada con una excesiva inestabilidad mecánica de la fractura y una reducción de la vascularización ósea.
En condiciones regulares, el médico traumatólogo coloca algún elemento para estabilizar la lesión, bien sea yeso, tutor, clavos o placas. Con este procedimiento, el hueso debería sanar por sí solo. En la seudoartrosis esto no sucede. «Es necesario realizar varias intervenciones y es en este caso, cuando los tratamientos convencionales no funcionan, que podemos recurrir a las células madre», aclaró Wittig.
Díaz-Solano señaló que, por lo general, los especialistas consideran seudoartrosis a la no consolidación del hueso después de nueve meses de fractura. «Transcurrido ese tiempo, el paciente puede ingresar al protocolo, el cual es aprobado por un comité de bioética», dijo. Ese requisito lo cumplían los tres individuos tratados en esta investigación, procedentes de los estados Miranda, Zulia y Distrito Capital, quienes fueron diagnosticados con seudoartrosis de tibia, fémur y tibia/fíbula.
Al cabo de dos años de haber recibido el implante de células madre cultivadas en microesferas de colágeno e incorporadas en el coágulo de plasma rico en plaquetas, los pacientes pudieron caminar con normalidad.
Las células madre mesenquimales fueron extraídas de la cresta ilíaca (cadera) de los propios pacientes y las operaciones fueron efectuadas en el Hospital Universitario de Caracas (HUC). El estudio fue aprobado por la Comisión de Bioética del HUC con el consentimiento informado de cada individuo.
Wittig confirmó que, hasta la fecha, se han tratado 15 pacientes con seudoartrosis por traumatismos usando esta combinación terapéutica experimental, de los cuales 6 han sanado, 6 están en evolución, en 1 no funcionó el tratamiento y 2 fueron excluidos por diversos motivos.
Otro aspecto interesante de la investigación hecha por los especialistas de la UTC del Ivic, fue el empleo de esas mismas células madre mesenquimales con fines de regeneración ósea, para la formación de células generadoras de vasos sanguíneos, llamadas progenitores endoteliales.
«Esos vasos sanguíneos son los que potencialmente le darán a las células madre los nutrientes que necesitan para hacer lo que deben hacer», explicó Wittig.
Multiplicando beneficios
Las células madre pueden dar origen a todas las células y suelen clasificarse en cuatro tipos: totipotentes, pluripotentes, multipotentes y unipotentes.
Las totipotentes generan un individuo completo; las pluripotentes crean células de las tres capas embrionarias (endodermo, mesodermo y ectodermo); las multipotentes forman células de una de las tres capas embrionarias (las mesenquimales forman células del mesodermo, entre ellas los osteoblastos); y las unipotentes pueden generar un único tipo de célula.
«En el laboratorio, aislamos las células madre mesenquimales que obtenemos de la medula ósea; como son tan pocas, necesitamos de 4 a 5 semanas para producir muchos millones de células madre mesenquimales. Entonces las colocamos en un medio de diferenciación para que se transformen en células de hueso, que es lo que nos interesa», precisó Wittig.
Sin embargo, los experimentos se han diversificado con la intención de mejorar la calidad de vida de pacientes con otras afecciones. En ese sentido, se han conseguido avances importantes en regeneración de mandíbula y próximamente se probará en úlceras y quemaduras de piel.
La meta, según Wittig, es «aumentar el número de pacientes hasta conseguir una base sólida que nos permita afirmar que ese método funciona como alternativa para tratar pacientes con seudoartrosis. No estamos muy lejos», dijo.
Junto con Olga Wittig y Dylana Díaz-Solano, participaron en el estudio los investigadores del Ivic Egidio Romano, María Elena Márquez y José Cardier; así como los expertos del Servicio de Traumatología de la HUC César González, Pedro Tovar y Rodolfo Aoun. La UTC del Ivic es la única de Venezuela y Latinoamérica con la capacidad de realizar estos tratamientos.
Wittig y Díaz aprovecharon la oportunidad para invitar a las instituciones del Estado y empresas privadas a sumarse a esta loable iniciativa y puedan contribuir con las investigaciones de la Unidad de Terapia Celular del Ivic, de manera que estas alternativas terapéuticas sigan siendo gratuitas para los pacientes.