MEXICO (AP) — El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, salió el miércoles a la escena internacional para conversar sobre comercio con México, pero mantuvo el silencio en uno de los temas más difíciles que confrontan a ambos países y al Partido Republicano al que pertenece: la reforma migratoria.
En un viaje diseñado como ensayo de política exterior y para cortejar a los electores hispanos si busca la candidatura presidencial republicana en 2016, Christie se atuvo a los temas económicos y habló de «un renacimiento energético de América del Norte» en el que Estados, México y Canadá incrementen sus inversiones y eliminen normativas «absurdas».
«Muy a menudo», dijo, «nuestros vecinos en México y Canadá creen que están en un segundo plano en la política exterior de Estados Unidos. Dejen poner claro mi punto de vista: Mi opinión es que deben estar en nuestro primer plano, no en el segundo».
Sin embargo, no mencionó la necesidad de una reforma amplia a las leyes de inmigración en Estados Unidos, el tema espinoso que ha irritado al Congreso y exasperado durante años a los políticos estadounidenses.
Alrededor de 70% de los electores hispanos votaron en 2012 por el presidente Barack Obama, y persisten profundas divisiones entre los republicanos y los demócratas sobre lo que hay que hacer respecto de los 11 millones de inmigrantes que viven sin permiso en Estados Unidos, así como frente a la oleada de menores que cruza desde la frontera con México.
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