En conversación con Cada Tarde por Actualidad Radio, el periodista y analista Casto Ocando analizó el giro de 180 grados que dio la administración Trump con respecto a la licencia otorgada a Chevron para operar en Venezuela, señalando una profunda batalla interna entre sectores de poder en Washington. “Esto es el resultado de una pelea de dos sectores que no están de acuerdo con respecto a cómo la administración Trump tiene que manejar el tema de Maduro”.
Ocando reveló que el exembajador Richard Grenell lidera el sector pragmático que había impulsado una prórroga para Chevron, mientras que el bloque de línea dura —con figuras como Marco Rubio y los congresistas cubanoamericanos— logró imponer su visión. “La razón por la cual el presidente Trump dice ‘vamos a darle a Chevron hasta el 27 de mayo’ es porque Carlos Jiménez, María Elvira Salazar y Mario Díaz-Balart se le presentaron en la Casa Blanca y le dijeron: ‘Si usted no hace esto, nosotros no vamos a apoyar las leyes que usted quiere’”.
El giro definitivo, según Ocando, ocurrió tras una reunión de alto nivel entre Rubio y Trump, y el Tuit del senador anunciando el fin de la licencia fue seguido de inmediato por Carlos Giménez, lo que confirma la presión ejercida por los llamados Crazy Cuba. “El guerrero en mi opinión es un personaje que se llama Carlos Jiménez. Ellos fueron quienes empujaron el cambio desde el principio”.
Ocando también recordó que hace días el Departamento del Tesoro no renovó licencias a más de diez compañías de servicios petroleros que trabajan con Chevron, lo que ya era un claro indicio de la dirección que tomaría la política energética hacia Venezuela. “Sin esas compañías como Halliburton, Chevron no puede operar en Venezuela. El mensaje ya estaba en camino”.
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