Los republicanos de la Cámara de Representantes rechazaron el miércoles un par de resoluciones respaldadas por los demócratas que habrían puesto un límite al poder del presidente Donald Trump para usar la fuerza militar contra cárteles narcotraficantes y contra Venezuela.
Los demócratas forzaron las votaciones utilizando resoluciones de poderes de guerra, después de que Trump intensificara sus amenazas contra la nación sudamericana y el Congreso cuestionase cómo el ejército de Estados Unidos está llevando a cabo una campaña que ha destruido 26 lanchas que supuestamente transportaban drogas y ha matado al menos a 99 personas, incluyendo un ataque el miércoles.
La legislación habría obligado al gobierno federal a pedir autorización del Congreso antes de continuar los ataques contra cárteles que considera organizaciones terroristas en el hemisferio occidental o de lanzar un ataque contra Venezuela en sí.
El representante Gregory Meeks, el principal demócrata en la Comisión de Asuntos Exteriores de la cámara baja, argumentó que las agresiones de Trump en la región eran realmente porque «el presidente está codiciando el petróleo venezolano».
Fueron las primeras votaciones en la Cámara de Representantes sobre la campaña militar de Trump en Centro y Sudamérica. Una mayoría de republicanos en el Senado había votado previamente en contra de resoluciones similares, y Trump casi con certeza las vetaría si llegaran a aprobarse en el Congreso. Pero los demócratas forzaron las votaciones como una forma de abrir un debate sobre la campaña militar y obligar a los republicanos a pronunciarse oficialmente sobre su apoyo.
Los líderes republicanos han expresado cada vez más su apoyo a la campaña de Trump, incluso cuando potencialmente se enfila a una confrontación directa con el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El líder de la mayoría del Senado, John Thune, dijo más temprano el miércoles que no sabía si el gobierno de Trump había «declarado públicamente» que quería un cambio de régimen, pero «ciertamente no tendría problema si esa fuera su posición».
«Maduro es un cáncer en ese continente», según Thune.
Aun así, el gobierno de Trump no ha pedido autorización del Congreso para sus acciones recientes en el Caribe, argumentando en cambio que puede destruir barcos que transportan drogas tal como manejaría amenazas terroristas contra Estados Unidos. Esa justificación, sin embargo, ha llevado a un profundo escrutinio de los ataques, especialmente después de que se reveló que una operación del 2 de septiembre mató a dos personas que habían sobrevivido a un ataque previo.
El secretario de Estado, Marco Rubio, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y otros altos funcionarios de seguridad nacional informaron a los miembros del Congreso el martes. Defendieron la campaña como un esfuerzo exitoso contra el narcotráfico que ha reducido el suministro de drogas que ingresa a Estados Unidos, pero no informaron al Congreso sobre sus objetivos finales en lo que respecta a Venezuela.
Informan a comités de servicios armados sobre el ataque a la lancha
El almirante de la Marina que ordenó el ataque del 2 de septiembre que mató a dos sobrevivientes regresó al Capitolio el miércoles para comparecencias clasificadas con los Comités de Servicios Armados de la Cámara y el Senado.
Después de ver el video del ataque en cuestión, los legisladores emergieron con respuestas contrapuestas. Los republicanos en su mayoría respaldaron la toma de decisiones que condujo al ataque, diciendo que se basó en inteligencia precisa y decisiones cuidadosas. Los demócratas dijeron que la imagen de un ataque con misiles sobre dos personas aferradas a los restos de un bote fue impactante y debería hacerse pública.
«Creo que hay serias preguntas sobre la culpabilidad criminal aquí, y ciertamente hay una necesidad de una investigación federal más intensiva», dijo el senador Richard Blumenthal, un demócrata de Connecticut.
El representante Seth Moulton, un demócrata de Massachusetts y exmarine que sirvió en Irak, dijo que la comparecencia del miércoles confirmó sus preocupaciones y lo llevó a determinar que los dos sobrevivientes que fueron asesinados estaban «indefensos» y que había «evidencia significativa de que no estaban continuando su misión».
Sin embargo, los legisladores republicanos parecían listos para dar por terminadas las investigaciones que se habían abierto bajo los comités controlados por los republicanos. El representante Mike Rogers, el presidente republicano del Comité de Servicios Armados de la Cámara, dijo que la investigación de su comité sobre el ataque a la lancha del 2 de septiembre ha terminado.
También dijo que el video del segundo ataque, que mató a dos sobrevivientes del ataque inicial, no debería hacerse público a menos que esté «desclasificado al nivel en que no comprometamos tácticas, técnicas y procedimientos».
Mientras tanto, el senador Roger Wicker, el republicano que lidera el Comité de Servicios Armados del Senado, dijo a los periodistas que «creo que sabemos todo lo que vamos a saber como cuestión de supervisión».
El debate sobre los poderes de guerra
Las resoluciones del miércoles se presentaron bajo la Ley de Poderes de Guerra de 1973, que tenía la intención de reafirmar el poder del Congreso sobre la declaración de guerra. Y el debate en el Congreso mostró que todavía hay cierta reticencia entre los republicanos para respaldar completamente un conflicto en curso.
El representante Don Bacon, un republicano de Nebraska que se retiró de la Fuerza Aérea con el rango de general de brigada, dijo que aunque cree que el ataque a la lancha fue legal, el gobierno de Trump debería buscar autorizaciones del Congreso.
«Creo que la misión fue correcta», dijo después de la sesión informativa con Bradley. «Pero la hostilidad continua requiere la aprobación del Congreso».
Los demócratas también desafiaron repetidamente si los objetivos de Trump son de hecho detener el tráfico de drogas y prevenir muertes por sobredosis. Criticaron enérgicamente al presidente por indultar al expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández después de que fue sentenciado el año pasado a 45 años de prisión por su papel en una operación de tráfico de drogas que movió cientos de toneladas de cocaína a Estados Unidos.
Algunos legisladores republicanos se han sumado, señalando que la escalada de hostilidades contra Venezuela no ha logrado cumplir las promesas de campaña de Trump de desvincularse de compromisos militares en el extranjero.
«Si se tratara de drogas, bombardearíamos México o China o Colombia», dijo el representante Thomas Massie, un republicano de Kentucky, al señalar que esos países son en realidad donde se originan las drogas ilegales.
«Esto se trata de petróleo y cambio de régimen», agregó.
Fuente: STEPHEN GROVES y BEN FINLEY Associated Press