«Yo apelaría a la cláusula democrática si existe, desde ahora en adelante, una ruptura de lo que considero el proceso democrático», dijo Dilma Rousseff a periodistas en Nueva York.
La presidente brasileña denunció el viernes ante la audiencia internacional que el juicio político en su contra es un «golpe de estado» y agregó que apelará al Mercosur, el bloque regional de países sudamericanos, para que suspenda a Brasil si se rompe el proceso democrático.
El Mercosur tiene una cláusula democrática que puede ser activada cuando un gobierno electo es derrocado en cualquiera de sus estados miembro, como ocurrió con Paraguay en el 2012. Una violación de la cláusula resulta en la suspensión de las reuniones y también puede llevar a que el país pierda sus beneficios comerciales.
«No puedo concluir mis palabras sin mencionar el grave momento que vive actualmente Brasil», dijo la presidente brasileña en su presentación. «No tengo ninguna duda de que nuestro pueblo será capaz de evitar cualquier retroceso», agregó.
Rousseff adoptó un tono más suave durante su presentación ante Naciones Unidas por la firma del Acuerdo de París sobre cambio climático.
Los comentarios de la mandataria fueron la señal más fuerte hasta el momento de que seguirá luchando contra su destitución si el Senado la remueve de su cargo. Dijo que el proceso de juicio político tiene «todas las características de un golpe de Estado» debido a que carece de fundamento legal.
Sus partidarios consideran el intento de removerla por violar las leyes de presupuesto como un «golpe de estado sin armas», mientras que sus opositores dicen que el proceso está en línea con las leyes y la Constitución. Este enorme debate social causó una polarización marcada entre los brasileños.
Si el Senado acuerda por una mayoría simple llevarla a juicio, Dilma Rousseff será suspendida de inmediato de sus funciones y el vicepresidente, Michel Temer, asumirá como presidente en funciones.
En una entrevista con The Wall Street Journal publicada el viernes, Temer criticó a Rousseff por buscar apoyo en el exterior y dijo que se estaba dañando la imagen de Brasil justo cuando el país requiere inversión extranjera para salir de una profunda recesión.
Fuente: Infobae.com