Fuertes vientos avivaban las llamas el domingo y obligaron a evacuar al menos una población mientras los aviones arrojaban retardante de incendios sobre la franja norteña de Texas y los bomberos trataban de frenar el incendio más grande en la historia del estado.
El incendio de Smokehouse Creek, que ha calcinado 404.685 hectáreas (más de un millón de acres), estaba contenido en un 15% para el domingo por la tarde. Otros dos fuegos que han quemado en total 72.843 hectáreas (180.000 acres) estaban contenidos en un 60%.
Las autoridades no han dicho qué provocó el incendio, pero los fuertes vientos, pastos secos y temperaturas inusualmente altas han alimentado las llamas.
Varios focos han quemado más de 4.921 kilómetros cuadrados (más de 1.900 millas cuadradas) en zonas rurales en torno a Amarillo, mientras que el incendio más grande se extendió a la vecina Oklahoma.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, dijo que el gobierno federal ha dedicado fondos, equipamiento y personal para asistir a las labores de extinción, pero advirtió de que podrían llegar más condiciones meteorológicas extremas.
“Han ardido más de un millón de acres. Y estamos en invierno, y este es el incendio más grande en la historia de Texas”, dijo Mayorkas en una entrevista en CNN. “Nosotros, como país y como mundo tenemos que estar listos para los crecientes efectos del tiempo extremo provocado por el cambio climático. Es un fenómeno llamativo y se hará patente en los días por venir, y debemos prepararnos para ello ahora”.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) emitió alertas rojas el domingo que indicaban un riesgo extremo de incendios debido a temperaturas altas, baja humedad y fuertes vientos en buena parte del centro de Estados Unidos, incluidos Texas y los estados vecinos de Nuevo México y Oklahoma.
También había alertas rojas en casi toda Nebraska y en Iowa, así como en gran parte de Kansas, Missouri y Dakota del Sur. Áreas más pequeñas de Colorado, Wyoming, Minnesota e Illinois también estaban bajo alerta roja.
Los fuertes vientos expandían las llamas y provocaron la evacuación de Sanford, una población de Texas de poco más de 100 residentes, indicó en X, antes Twitter, la oficina en Amarillo del NWS.
Mientras los bomberos luchaban contra unos incendios sin precedentes, las organizaciones humanitarias se centraban en las víctimas que han perdido sus casas y medios de vida. Los residentes empezaron a despejar las propiedades afectadas el sábado, y el domingo se acumulaban los reportes de daños.
Las donaciones de entre 25 y 500 dólares han sido cruciales para el Hutchinson County United Way Wildfire Relief Fund, que distribuye lo recaudado entre las familias desplazadas.
“Ya sabemos que un gran grupo de personas sin seguro perdieron sus hogares. De modo que sin asistencia monetaria, va a ser muy difícil para ellos comenzar de nuevo”, dijo Julie Winters, directora ejecutiva de Hutchinson County United Way.
La organización ha oído estimaciones de más de 150 casas afectadas en el condado y señaló que los fuegos afectaron al menos a otros cinco condados, dijo Winters.
Las donaciones de ropa, agua y comida caliente sobrepasaron con rapidez a una comunidad en la zona afectada. La localidad de Borger, en Texas, instó a la gente en redes sociales a redirigir sus esfuerzos a material de limpieza, como palas, rastrillos, guantes y bolsas de basura en lugar de comida y agua.
Fuente: AP