Durante una visita a una iglesia de la comunidad afroamericana que fue atacada con explosivos por el Ku Klux Klan en la época del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, el precandidato demócrata a la presidencia Joe Biden trató el domingo de poner las tensiones raciales de hoy día en el contexto de una lucha continua que es más antigua que la nación.
“En una añeja campaña de violencia, miedo, trauma, emprendida contra las personas de raza negra de este país, el terrorismo doméstico del supremacismo blanco ha sido el antagonista de nuestros ideales más altos desde antes de la fundación de este país”, comentó Biden a la congregación de la Iglesia Bautista de la Calle 16, en el centro de Birmingham, durante la conmemoración del 56to aniversario del ataque que provocó la muerte de cuatro niñas afroamericanas en 1963.
“Es a raíz de estos parteaguas cuando la elección entre el bien y mal es más clara”, añadió Biden.
La visita de Biden en Birmingham se da en un momento de inflexión política para el líder de las encuestas rumbo a las primarias demócratas de 2020. Trata de capitalizar su fuerza entre los votantes afroamericanos de mayor edad, mientras enfrenta críticas de algunos miembros de la comunidad y otros líderes que no son blancos, específicamente los jóvenes, que tienen una postura escéptica de la disposición y capacidad del político de 76 años para abordar un racismo sistemático.
Durante los 20 minutos que estuvo en el púlpito, Biden declaró que el racismo institucional es el legado directo de la esclavitud. También lamentó que la nación “nunca cumplió con” los ideales de igualdad escritos en los documentos de su fundación. Pero posteriormente añadió en un tono más personal: “Aquellos que somos blancos podemos intentar, pero nunca podremos entender por completo”.
El exvicepresidente mencionó los nombres de las víctimas de hace más de medio siglo: Addie Mae Collins, Denise McNair, Carole Robertson y Cynthia Wesley. La gente empezó a asentir con la cabeza cuando señaló que la “misma ideología ponzoñosa que detonó el ataque en la calle 16” ha dado pie a tragedias más recientes, incluida una en 2015 en una iglesia de la comunidad afroamericana en Carolina del Sur, otra en una sinagoga en Pittsburgh y una más en agosto pasado en un Wal-Mart de El Paso, Texas, que era frecuentado por inmigrantes latinoamericanos.
La iglesia de Birmingham, dijo Biden, es un ejemplo para aquellas comunidades y para una nación que debe volver a comprometerse a “no darle al odio un puerto seguro, a no satanizar a nadie, no a los pobres, a los indefensos, a los inmigrantes o al ‘otro’”.
Por su largo tiempo en el gobierno, primero como senador y luego como vicepresidente de Barack Obama _el primer presidente afroamericano del país_, Biden tiene profundos lazos con la comunidad negra. Aunque Biden no mencionó al presidente Donald Trump en sus comentarios, ha hecho que las críticas contra la retórica y políticas del mandatario en cuestiones de raza e inmigración, sean una característica central de su candidatura.
Sin embargo, el exvicepresidente a veces genera duras opiniones de activistas no blancos y jóvenes que señalan complejidades en su historial. Eso incluye desde referencias a que trabajó productivamente de la mano de senadores segregacionistas en la década de 1970 hasta una desconfianza por su papel principal en una ley penal de 1994 que los críticos señalan como parcialmente responsable de un encarcelamiento masivo, sobre todo de hombres negros.
Fuente: AP