
Evelio Suarez / Foto cortesia El Nuevo Herald
Hay banqueros de Brickell. Y también hay banqueros “fantasmas” . Sin duda alguna, a Evelio Suárez, dueño de tres tiendas para cambiar cheques en Hialeah, le corresponde la última acepción.
Esta semana, Suárez, de 53 años, se declaró culpable en una corte federal de Miami de confabulación para lavar dinero, al tiempo que admitió haber cambiado por lo menos $100 millones de cheques fraudulentos entre el 2013 y el 2015 para delincuentes que le robaron al Medicare, al Servicio de Rentas Internas (IRS) y a bancos de hipotecas Sin embargo, esa cantidad podría ser una cifra pequeña para si se piensa en los términos para llegar a un acuerdo de culpabilidad.
El Buró de Investigaciones Federales (FBI), en un documento criminal que presentó junto con su arresto en junio, dijo que la actividad delictiva de Suárez pudo haber llegado a casi $500 millones.
Al mes de haber sido arrestado, un magistrado federal ordenó que Suárez, nacido en Cuba, quien llegó al sur de la Florida en 1995 y tenía dos condenas previas estatales y federales, debería seguir preso sin derecho a fianza, ya que se corría el riesgo de que pudiese escapar a Cuba, toda vez que enfrentaba décadas tras las rejas. La fecha de la sentencia de Suárez se fijó para el 20 de diciembre ante el juez de Distrito Robert Scola.
El modelo de Suárez consistía cambiar cheques —muchos entre $150,000 a $400,000 — para delincuentes que se movían en los sectores del cuidado de la salud y la construcción de la floreciente economía del mercado negro de Miami-Dade, según el fiscal Michael Berger.
Los delincuentes escogieron a Suárez como el hombre indicado para sus estafas, ya que tenían farmacias a nombre de otras personas con las que le enviaban facturas fraudulentas al Medicare, o le pagaban en efectivo a trabajadores de la construcción indocumentados para de este modo no tener que pagar impuestos federales ni seguros de compensación, dijo Berger.
Otros estafadores usaban identidades, números de Seguro Social y fechas de nacimiento robadas para presentar falsas declaraciones de impuestos al IRS, que emitió cheques que llegaron a totalizar hasta $150,000.
De acuerdo con Berger, Suárez le pagó a personas que fingían ser dueños de sus tres tiendas para cambiar cheques —Minimalist Solutions, Don Koky Enterprises y Doger Group— ya que tenía antecedentes penales y no podía tener a su nombre ningún negocio.
Los clientes de Suárez, al igual que él, tenían un pasado turbio, de modo que pagaron decenas de miles de dólares a propietarios “fantasmas” que dejaron que sus nombres se usaran como pantalla de los verdaderos dueños de tiendas, señaló Berger.
Tras desempeñar sus papeles y recibir los pagos, muchos escapaban a Cuba, donde habían nacido, destacó Berger. Las tres tiendas para cambiar cheques de Suárez cobraban tarifas exorbitantes que oscilaban entre un 10 y un 30 por ciento, en función del tipo de actividad ilícita que “le permitían llevar a cabo a los estafadores para ocultar su participación y ganancias que obtenían de la estafa”, según el documento del FBI.
Fuente: El Nuevo Herald