Las recientes maniobras de buques estadounidenses en aguas del Caribe no son una reacción de último momento ni un ejercicio rutinario. Son parte de una estrategia cuidadosamente planificada por agencias de inteligencia de EE. UU.
“Esto no tiene nada de improvisado”, advierte Sebastiana Barráez, periodista de INFOBAE especializada en las Fuerzas Armadas venezolanas. “Estados Unidos lleva años refrescando información, analizando datos y armando las piezas de un tablero que ya está casi completo”.
Barráez explica que el 2012 marcó un punto de inflexión. Hugo Chávez enfermaba y se apartaba parcialmente del poder, mientras Hugo “El Pollo” Carvajal dirigía la Contrainteligencia Militar venezolana. Durante esa etapa comenzó una filtración sistemática de información privilegiada hacia potencias extranjeras.
“La soberanía venezolana se perdió cuando se entregó la información militar y de identificación nacional a manos extranjeras. Desde ese momento, Venezuela se convirtió en un país extremadamente vulnerable”.
Esa vulnerabilidad fue capitalizada por Irán, Rusia, Corea del Norte, Cuba y grupos guerrilleros que hoy tienen presencia en territorio venezolano. Lo que antes era un país soberano, ahora es una pieza más dentro de un tablero global de intereses cruzados.
Las agencias estadounidenses han recopilado durante años testimonios y pruebas de figuras como Carvajal, Alex Saab, y colaboradores en los casos judiciales de “El Chapo” Guzmán y El Mayo Zambada. Muchos de ellos han llegado a acuerdos con la Fiscalía norteamericana a cambio de información que ahora forma parte del rompecabezas.
“Llevan 10, 15 años armando este muñeco”, señala Barráez. “Lo que vemos hoy es la ejecución de un plan sostenido, no el inicio de una guerra”.
Cuando el presidente Donald Trump firmó en enero de 2025 la orden ejecutiva contra los cárteles latinoamericanos, no fue un impulso político.
“Trump no improvisó. Ya tenía la información y no iba a repetir el error de su primer mandato: creer en el diálogo con regímenes infiltrados por el crimen transnacional”, afirma Barráez.
Responden a un mensaje claro: Estados Unidos ya sabe lo que ocurre dentro de Venezuela, y ha decidido moverse con información, no con intuiciones.
“Aquí no hay improvisación”, concluye Barráez. “Hay estrategia, hay memoria, y sobre todo, hay decisiones que se tomaron hace mucho tiempo”.