Miami.- En una entrevista sin concesiones con Julio Bevione en Al Final del Día, la periodista Salud Hernández-Mora ofreció un diagnóstico demoledor sobre la situación política, institucional y social de Colombia, tras el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. Con más de 25 años de experiencia cubriendo el país, Hernández-Mora ha sido testigo de guerras, acuerdos de paz, traiciones políticas y repuntes de violencia, pero advierte que el momento actual es especialmente preocupante: “Colombia está horrorizada, angustiada, y con un presidente que no baja a la tierra”.
Para Salud, el mayor riesgo hoy no está solamente en los grupos armados o en la impunidad que asfixia a las víctimas, sino en el clima de odio sembrado desde la Casa de Nariño:
“Petro ha calumniado, insultado y polarizado al país desde que llegó al poder. Llama a sus opositores nazis, asesinos, magnicidas. Ha atacado al Senado, a las cortes, a los medios… y cuando siembras odio, a veces cosechas violencia”.
El atentado contra Miguel Uribe, según dice, ha impactado profundamente al país, en parte porque expone las grietas del sistema. Hernández- Mora se muestra escéptica sobre los resultados de la investigación:
“Muchas veces el sicario desaparece, las pruebas también. El celular del agresor, por ejemplo, ya no aparece. Es difícil llegar al autor intelectual”.
En la entrevista, Hernández-Mora reveló una preocupación más grave aún: la posible adicción de Gustavo Petro.
“Él no gobierna. Lo ha dicho hasta su excanciller: no le gusta trabajar, le gusta dar discursos, vivir en su burbuja. Y cada vez se nota más que actúa bajo el efecto de alguna sustancia. Ya distinguimos cuándo está tomado y cuándo no”.
Recordó el episodio reciente en que Petro desapareció por más de 60 horas durante una cumbre internacional que él mismo organizaba.
“Dejó plantado al presidente de Panamá, no apareció. Luego publicó un mensaje delirante diciendo que lo querían asesinar. Es preocupante”.
El riesgo de seguir el camino de Venezuela
Salud fue clara al comparar ciertos rasgos de Petro con Hugo Chávez:
“Divide, manipula símbolos como la espada de Bolívar, y copia gestos del chavismo. Pero aún no ha consolidado un sistema que le permita perpetuarse, más por pereza que por convicción”.
Y sobre el rol de Estados Unidos y su mirada hacia América Latina, fue tajante:
“Yo no creo en Trump, pero si logra empujar la salida de la mafia de Miraflores, lo perdono todo. Sin presión internacional, Venezuela no se cae. La única esperanza es que actúen desde afuera”.