El analista político Alfonso Aguilar responsabilizó directamente a la administración del presidente Joe Biden por la actual crisis migratoria en Estados Unidos, en una entrevista para el programa Cada Tarde por Actualidad Radio. Aguilar calificó la situación como una «hecatombe» y advirtió sobre las graves consecuencias económicas, sociales y de seguridad pública derivadas de la entrada masiva de inmigrantes indocumentados.
“Hay que reconocer el desastre, la hecatombe que creó Joe Biden”, declaró enfáticamente Aguilar. “Al abrir las puertas en la frontera, sin hacer cumplir la ley, entraron millones de personas. Diez millones o más”, afirmó, subrayando que esta apertura ha facilitado el ingreso de individuos con perfiles peligrosos. “Gente en la lista de terroristas, gente con convicciones en sus países, miembros del Tren de Aragua… aquí realmente se ha creado un caos”, advirtió.
Respecto a los recientes operativos de control migratorio, el analista reconoció la complejidad de la situación actual, admitiendo que la magnitud del problema es tal que intentar corregirlo ahora podría generar algunas injusticias. “Sí, efectivamente se van a detener personas que parecen ilegales y no lo son, o que simplemente están hablando español”, explicó, aunque rápidamente aclaró que “eso no es la norma, es la excepción”. Aguilar instó a la administración Biden a clarificar sus objetivos en materia de deportaciones, enfatizando que “la prioridad deben ser los criminales serios y las personas con órdenes de deportación. Hay preocupación legítima de que se expanda el enfoque hacia personas sin récord criminal que llevan mucho tiempo aquí”.
En su análisis, también planteó la necesidad de una reforma migratoria integral, pero solo una vez que se haya restablecido el control operacional en la frontera. “Aquellas personas que llevan tres o cuatro décadas en Estados Unidos, trabajando, contribuyendo, no hay que removerlas”, dijo. “Cuando tengamos control operacional de la frontera, hay que buscar una manera de darles estatus legal”, concluyó.