El portugués Cristiano Ronaldo usó los días libres para entrenarse por su cuenta y este martes formaba parte del grupo desde el inicio del entrenamiento. Se lo veía ejercitarse al máximo, con saltos, sprints y de buen ánimo a pesar de la fatiga muscular que lo aqueja.
Pero faltaban pocos minutos para que la práctica del Real Madrid llegue a su fin, cuando las alarmas se encendieron: el delantero luso, quien se sabe que llega por debajo del 100% de su potencial a la final de la Champions League de este sábado, se retiró con un golpe.
La máxima estrella del club blanco chocó fuertemente con el portero Kiko Casilla durante un partido de fútbol informal, en espacios reducidos, y quedó tendido en el césped de la Ciudad Deportiva de Valdebebas.
Los fisioterapeutas corrieron de inmediato para atender al futbolista, quien demoró media hora en ponerse de pie y, con mucho esfuerzo, caminó hacía el vestuario, con un gesto de rabia en su rostro. Lo positivo para el madridismo fue que caminaba con normalidad.
Mientras iba lentamente hacia los vestuarios, tiró con bronca una botella de agua al césped y no contestó a los periodistas, que en la jornada de este martes eran muchos porque coincidía con el día en que toda la prensa mundial cubría el evento.
El golpe fue en el muslo izquierdo, en el cuádriceps de esa pierna y provocó el susto de los médicos del Real Madrid, quienes siguen de cerca a un CR7 lastimado. El viernes y el sábado pasado, Ronaldo no completó los entrenamientos junto al resto de sus compañeros y había cierto riesgo de que no juegue la final en Milán ante el Atlético.
A pesar de que arrastra una sobrecarga muscular y que este golpe no favorece a su recuperación a contrarreloj, todo indica que Cristiano Ronaldo estará desde el inicio en la final de la Liga de Campeones, donde su equipo buscará el úndecimo trofeo europeo de su historia ante su clásico rival de la ciudad.
Fuente: Infobae.com