Las aguas alcanzaron los techos de las casas desde las que se escuchaban gritos pidiendo auxilio, a medida que la tormenta Harvey seguía provocando torrenciales aguaceros por el sur de Texas el lunes.
Houston, la cuarta ciudad de Estados Unidos prácticamente sigue paralizada y no hay atisbos de alivio tras el huracán de categoría 4 que el fin de semana llegó a las costas de Texas. Previendo que todavía caerá más de medio metro (2 pies) de lluvia, las autoridades creen que lo peor todavía está por venir.
Los vehículos de los servicios de emergencia eran prácticamente los únicos que se veían en el solitario centro de Houston. Muchos semáforos no funcionan y la mayoría de negocios están cerrados.
En tanto, las autoridades empezaron a liberar más agua de los embalses sobrecargados por Harvey, a pesar de que esa medida que pretende proteger el centro de la ciudad podría empeorar las inundaciones.
Por su parte el jefe policial de Houston, Art Acevedo, dijo que las autoridades han rescatado a por lo menos 2.000 personas de las inundaciones.
Aclaró que siguen pendientes 185 llamadas de auxilio pero que se está haciendo todo lo posible para rescatar a esa gente.
El comentario surgió en conferencia de prensa donde los responsables dieron una actualización de la situación por Harvey.
Harvey, que tocó tierra el viernes por la tarde como huracán de categoría 4 y se ha quedado sobre la región provocando aguaceros como tormenta tropical, provocó inundaciones devastadoras el domingo. El avance de las aguas hizo que miles de personas se refugiaran en sus tejados o en terrenos altos. Los abrumados rescatistas no lograban atender tantas peticiones de ayuda.
El director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias, Brock Long, dijo en conferencia de prensa que hasta 50 condados en Texas están afectados por las inundaciones y que una tremenda cantidad de agua cayó también en el suroeste de Luisiana. Las lluvias e inundaciones han dejado al menos dos muertos.
El Servicio Nacional del Clima emitió el domingo un sombrío panorama: antes de que la tormenta se vaya, algunas partes de Houston y sus suburbios podrían recibir hasta 1,3 metros de lluvia (50 pulgadas), la mayor cantidad jamás registrada en Texas.
Los residentes cerca de los embalses de Addicks y Barker, diseñados para evitar inundaciones en el centro de Houston, fueron alertados el domingo de que habría una liberación controlada de ambas presas, y que ello podría causar más inundaciones en calles y casas.
El creciente nivel del agua y las lluvias constantes ponían presión sobre los diques que podrían quebrarse si no se liberaba agua. Las autoridades locales pidieron a los vecinos que preparasen sus autos por la noche y esperasen a que amaneciera el lunes para marcharse.
“La idea es prepararse… empacar lo que necesiten y ponerlo en su vehículo, y cuando salga el sol, salgan”, dijo Jeff Lindner, meteorólogo del Control de Inundaciones del Distrito para el condado de Harris. “Y no tienen que irse lejos, sólo tienen que salir de esta zona”.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército comenzó el drenaje el lunes en la madrugada, antes de lo previsto, ante un aumento súbito y drástico del nivel de agua, indicó un portavoz del cuerpo. Los planes se adelantaron para evitar inundaciones en más hogares por el agua de los embalses, explicó el vocero Jay Townsend. Los niveles del agua subían a un ritmo de más de 15 centímetros (6 pulgadas) por hora en ambos depósitos, añadió.
Mientras tanto, las autoridades en el condado de Fort Bend, en los suburbios suroccidentales de Houston, ordenaron el domingo por la noche una evacuación general en los distritos cercanos a los diques del río Brazos. Las autoridades del condado se preparaban para una situación de desbordamiento grave en el río para el domingo por la noche.
El Servicio Nacional de Meteorología estimó que el agua del río podría alcanzar unos 18 metros (59 pies), un metro (tres pies) por encima del récord de 2016, según explicó en conferencia de prensa el juez del condado Robert Herbert, señalando que era un nivel no visto en 800 años. Esa cantidad de agua sobrepasaría los diques y podría quebrarlos, advirtió el juez.
El domingo, la lluvia incesante cubrió buena parte de Houston de un agua turbia y gris, y convirtió las calles en ríos transitables sólo con embarcaciones. En una operación de rescate que recordaba a los días posteriores al huracán Katrina, los helicópteros aterrizaban junto a autopistas inundadas, los botes hinchables recorrían barrios anegados y vehículos preparados para terreno inundado recorrían intersecciones encharcadas. Algunas personas se arreglaron con canoas o piraguas o nadaron.
Equipos de voluntarios se sumaron al personal de emergencias para sacar a gente de su casa o de áreas inundadas, tantas que las autoridades tenían problemas para identificar las zonas más afectadas. Instaron a la gente a salir a los tejados de sus casas para no quedarse atrapada en los áticos, y a ondear sábanas o toallas para llamar la atención sobre su ubicación.
A juzgar por las declaraciones federales de desastre, la tormenta había afectado por el momento a aproximadamente un cuarto de la población de Texas, o 6,8 millones de personas en 18 condados. Al menos dos muertes se atribuyeron a Harvey.
“La amplitud e intensidad de estas precipitaciones va más allá de nada experimentado antes”, indicó en un comunicado el Servicio Meteorológico Nacional.
Los rescatistas tuvieron que darle prioridad a las situaciones que fueran de vida o muerte, dejando a familias afectadas a su suerte. El principal centro de convenciones de la ciudad fue rápidamente abierto como refugio.
No estaba claro cuánta gente había sido rescatada. Hasta 1.200 personas tuvieron que ser auxiliadas solo en el condado de Galveston, señaló Mark Henry, juez del condado, el puesto administrativo de mayor jerarquía en la región.
El alcalde de Houston, Sylvester Turner, instó a los conductores a mantenerse fuera de las carreteras para evitar aumentar el número de personas varadas.
El deterioro de la situación planteaba preguntas sobre las recomendaciones contradictorias que habían ofrecido el gobernador y las autoridades de Houston antes del huracán. El gobernador, Greg Abbott, instó a la gente a alejarse de la ruta de Harvey, pero el alcalde de la ciudad no emitió órdenes de evacuación y dijo a todo el mundo que se quedara en casa.
El presidente Donald Trump y su esposa Melania Trump visitarán Texas el martes.
Fuente: Associated Press