¨A principios de este año, el Dr. Esper Kallas, un importante investigador médico brasileño de la Universidad de São Paulo, me dijo que esperaba que el Zika -la enfermedad tropical transmitida por mosquitos que asolaba a Brasil y Sudamérica- pronto llegaría al territorio continental de Estados Unidos¨, afirma Padgett en un extenso artículo.
En opinión del experto brasileño el aumento de la temperatura podía crear las condiciones para que el Aedes aegypti [mosquito] se extendienda hacia el norte. ¨No me sorprendería descubrir en un año una transmisión local de este virus», le habría comentado a Padgett. Y el primer lugar, dijo, sería lógicamente Florida.
¨La predicción de Kallas quedó confirmada tan solo seis meses después: los primeros cuatro casos estadounidenses de Zika contraido localmente ocurrieron en el sur de Florida a finales del mes pasado. Dos semanas más tarde, el número de casos en Florida supera los 20 – con un total de más de 400 infecciones de Zika en el estado. Funcionarios de salud señalan una franja de Wynwood, al norte del centro de Miami, como una especie de zona cero¨,resume Padgett.
Reconoce en su artículo que el gobernador de Florida, Rick Scott, ha estado instándonos a prepararnos para esto desde febrero pasado, cuando declaró una emergencia de salud pública debido a la llegada de los primeros casos de Zika relacionados con personas que regresaban del extranjero. ¨Pero la predicción de Kallas es un recordatorio de que Scott y el estado de Florida podrían y deberían haber hecho más en este caso. No solo meses, sino años antes¨.
Manciona por ejemplo que hace cinco años, Scott recortó el presupuesto para el control de mosquitos en Florida en un 40% y forzó el cierre del laboratorio de investigación de mosquitos del estado.
¨El problema es que, para evitar aquel error, Scott primero habría tenido que admitir que el calentamiento global es real. Cambio climático. Efecto invernadero. Los fenómenos que descarta -y cuyos nombres los empleados estatales bajo su mando tienen prohibido mencionar- pero que casi todos los científicos (97%, según las encuestas) coinciden en que son reales y están convirtiendo el planeta en una especie de tina-sauna¨, escribe.
El autor sostiene que sería difícil explicar la proliferación de los Aedes aegypti portadores del Zika fuera de sus tradicionales hábitats tropicales sin tener en cuenta el calentamiento global. ¨Es el factor más probable que le ha permitido a esta plaga, de climas cálidos, avanzar cómodamente al norte del Trópico de Cáncer¨.
Según Padgett, Kallas y sus colegas brasileños comenzaron a atar los cabos hace ya varios años. Ya en 2010 indicaron que «la relación entre el calentamiento global y la aparición del mosquito transmisor del dengue en el sur de Europa y el sur de Estados Unidos era muy clara».
De hecho, un año antes, científicos en Malasia habían descubierto que el aumento de las temperaturas a nivel mundial les había tendido una especie de alfombra roja a los mosquitos como el Aedes aegypti; y había duplicado la velocidad a la que los virus como el dengue, el chikungunya y el Zika pueden incubarse dentro de ellos.
En opinión del autor, cuando Scott asumió el cargo en 2011, científicos de América Latina, el sudeste de Asia y otras regiones que conocen mejor los efectos del calentamiento global -y los insectos que lo explotan más exitosamente- ya lo habían advertido. Scott tenía razones de sobra no solo para conservar sino para aumentar los recursos para la fumigación y el estudio de los mosquitos en Florida, una península que colinda con la zona tropical.
¨En lugar de eso, Scott nombró al exejecutivo de los astilleros de Jacksonville, Herschel Vinyard Jr., como jefe de su Departamento de Protección del Medio Ambiente (DEP, por sus siglas en inglés). Bajo el mando de Vinyard, según registros de estado y exempleados, al personal del DEP se le prohibió usar términos como calentamiento global y cambio climático¨.
Esa negación, sostiene Padgett, bien puede haber demorado la respuesta de Florida cuando los mosquitos Aedes aegypti comenzaron a llegar a las Antillas Mayores, los cayos de Florida y, finalmente, a Wynwood».
Sostiene que, aunque el gobernador ha insistido en que su administración ha reactivado ese gasto, ¨en realidad el aumento del presupuesto durante su gobierno ha sido irrisorio. Y Scott aún debe admitir la existencia de los fenómenos climáticos cuyos nombres no se deben mencionar¨.